Dr. Ulldemolins: «El dispositivo Cor-Esc-25 personaliza el tratamiento de la escoliosis en adolescentes»
"El objetivo no es penalizar al paciente, sino adaptar el corsé a su realidad y mejorar su eficacia”
"Permite una medición dual del uso y la presión del corsé, clave para evitar cirugías"

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En el marco del 39º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Columna Vertebral (GEER), celebrado recientemente en Madrid, ha sido presentado el dispositivo Cor-Esc-25, una herramienta innovadora diseñada para mejorar el seguimiento del tratamiento no quirúrgico de la escoliosis idiopática en adolescentes. El proyecto, impulsado por un equipo de cirujanos del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia e ingenieros del Instituto de Biomecánica de Valencia, ha superado ya su fase de desarrollo y cuenta con el visto bueno del comité ético para iniciar su aplicación experimental en pacientes.
La escoliosis idiopática del adolescente es una alteración de la columna vertebral, sin causa conocida, que afecta a entre el 2 y el 3 % de los jóvenes de entre 10 y 16 años en España. Aunque en los casos más severos puede ser necesario recurrir a la cirugía, la mayoría de los pacientes se tratan con corsés ortopédicos. Sin embargo, la eficacia de este tratamiento depende de dos aspectos difíciles de medir: el tiempo real de uso y el grado de presión ejercida sobre la columna.
Cor-Esc-25 se instala en cualquier corsé ortopédico y permite monitorizar de forma objetiva dos factores clave para la eficacia del tratamiento: la adherencia (número de horas de uso) y el ajuste (presión ejercida sobre la columna), tal y como explica el Dr. Pablo Ulldemolin, uno de sus creadores. «Representa un gran avance hacia un seguimiento más personalizado y eficaz de una patología que afecta a más de 100.000 adolescentes en España», declara el experto.
PREGUNTA.- ¿Qué necesidades médicas o lagunas clínicas detectaron usted y su equipo que les impulsaron a desarrollar el dispositivo Cor-Esc-25?
RESPUESTA.- La escoliosis idiopática del adolescente afecta al 3% de la población juvenil. La escoliosis es una enfermedad deformante de la columna que en casos evolucionados puede requerir cirugías de alta complejidad. Afortunadamente, el corsé, en la mayoría de los casos, es capaz de controlar la progresión de la escoliosis y nos ayuda a evitar estas intervenciones. Sin embargo, a día de hoy solo tenemos la valoración subjetiva de los pacientes y las radiografías para medir la eficacia del corsé. ¿Cuántas horas lleva la paciente el corsé? ¿Hace presión dónde tiene que hacerla? Para resolver estas preguntas nos planteamos crear un dispositivo que pudiese acoplarse a cualquier tipo de corsé para sensorizar estas mediciones y dar a los médicos información personalizada y objetiva del tratamiento.
P.- Uno de los retos del tratamiento ortopédico de la escoliosis es la adherencia. ¿Qué papel juega el entorno familiar en este seguimiento y cómo puede ayudarles esta tecnología?
R.- Cuando hablamos de adolescentes, el entorno familiar es clave. También el social y el académico. Tanto la escoliosis como el corsé afectan la autoimagen de los adolescentes y contar con un apoyo familiar es fundamental. El dispositivo Cor-Esc-25 no debe servir para «hipervigilar» al niño ni «penalizarlo» si no sigue a rajatabla la prescripción, sino para conocer cuántas horas utiliza el corsé y ver si las horas que lleva el corsé son suficientes. Actualmente, las indicaciones generales que se dan a los adolescentes es un uso mínimo de 18h al día de corsé. Si con este dispositivo podemos individualizar el tratamiento, podremos adaptar los objetivos del corsé a la realidad de cada chico.
P.- ¿Cómo funciona exactamente el sistema de sensores de Cor-Esc-25 y qué tipo de información objetiva puede ofrecer al médico en consulta?
R.- El Cor-Esc-25 proporciona una información dual sobre la adherencia (tiempo que el niño lleva el corsé) y el ajuste (presión ejercida sobre el corsé) de manera objetiva. Podemos saber cuántas horas lleva el niño el corsé y qué fuerza está ejerciendo sobre los puntos que consideramos claves en la curva.
P.- ¿Qué ventajas ofrece este dispositivo respecto a otros sistemas de monitorización existentes o métodos tradicionales de control del corsé?
R.- Existen pocos sistemas de monitorización actualmente, y los que existen son demasiado caros y poco accesibles. El dispositivo que nosotros presentamos se podría acoplar a cualquier corsé que el paciente ya tenga, y a diferencia de los métodos tradicionales proporcionar datos objetivos para el seguimiento.
P.- La presión ejercida por el corsé es un parámetro muy difícil de medir. ¿Qué implicaciones clínicas tiene poder cuantificarla con precisión en cada revisión médica?
R.- Es muy buena pregunta, porque de hecho en esta cuestión se basará la segunda parte del trabajo. Aunque hay estudios experimentales realmente no sabemos cuánta presión ejerce el corsé sobre la columna y a partir de qué presión tenemos efectos para evitar la progresión de la deformidad. Es algo que tenemos que estudiar. También nos gustaría conocer el efecto de la presión sobre la rotación vertebral, es un tema que a día de hoy está siendo estudiado por otros grupos.
P.- Una de las grandes promesas del Cor-Esc-25 es su sencillez y bajo costo. ¿Podría integrarse de forma generalizada en la práctica clínica habitual a corto plazo?
R.- Nuestro objetivo es justo este, proporcionar un dispositivo económico, biocompatible, accesible e integrable en cualquier tipo de corsé.
P.- ¿Qué tipo de ensayos clínicos o pruebas con pacientes están previstos en esta fase experimental y qué indicadores esperan evaluar?
R.- Una vez desarrollado el dispositivo estamos en la fase experimental. Estamos trabajando con las familias para conocer qué virtudes y defectos tiene el dispositivo, como de reproducible es la información que obtenemos y cómo lo podemos mejorar. Los indicadores que evaluaremos serán las horas que lleva el niño el corsé y la presión que ejerce, pero también la opinión de las familias, cómo se adaptan a la recarga de la batería, si el dispositivo es cómodo o no, si tienen problemas de conexión…
P.- Desde su experiencia, ¿cómo valora la importancia de la detección precoz y el seguimiento personalizado en la prevención de cirugías por escoliosis.
R.- Esencial. Yo soy residente de traumatología en el Hospital La Fe de Valencia y el trabajo que realiza allí la Unidad de Cirugía Columna es extraordinario, pero es verdad que muchos de los casos que reciben tienen un diagnóstico tardío. Creo que la escoliosis del adolescente es una enfermedad desconocida y que la mayor parte de las veces podría tratarse precozmente con un simple corsé. Debemos estar más atentos en aprender a detectarla, proporcionar un tratamiento adecuado inicial personalizado, y en remitir los pacientes a los centros con experiencia cuando sea necesario.