Dr. Manuel Viso: «La apariencia externa de la boxeadora es de mujer, pero competitivamente es un hombre»
"Para hablar de estos estados hay que distinguir entre sexo y género"
"El hiperandrogenismo no es simplemente niveles altos de testosterona"
La polémica que rodea a la boxeadora argelina Imane Khelif, que disputó su primer combate en los Juegos Olímpicos de París contra la italiana Angela Carini, durante 46 segundos por el abandono de Carini, no deja de estar presente en los debates de todo el mundo sobre si debe competir o no en los combates femeninos al ser una persona con hiperandrogenismo.
Sin embargo, para comprender lo que es este estado y ahondar en su comprensión, el especialista y divulgador, Dr. Manuel Viso, ha destacado que lo primero que debemos hacer es distinguir entre sexo y género, así señala que el sexo, «es aquello que viene determinado por los cromosomas, es decir, si somos XX o XY, por el nivel de hormonas -en este caso testosterona- y por las características de nuestros órganos sexuales, si tenemos ovarios o testículos», asegura para entrar en contexto.
Por el contrario, el doctor Viso aclara que el género es una condición sociocultural donde pueden influir roles, comportamientos, definiciones y otros aspectos como el nombre en el pasaporte. «En el caso concreto de la boxeadora, hay una definición de sexo y es XY, por lo tanto, lo que ha ocurrido con esta chica y con otros deportistas, es que no es un hiperandrogenismo al uso, sino que hay una predisposición cromosómica en forma de XY, ya que nace con esos cromosomas, con testículos y con niveles altos de testosterona», explica Manuel Viso.
Para el especialista, el hiperandrogenismo no es simplemente niveles altos de testosterona, «porque puede ser que una mujer que tenga una alteración de la glándula suprarrenal, un tumor de esta misma glándula, un ovario poliquístico o que se administre fármacos, y esto no es hiperandrogenismo, es un hombre que nace con condición de hombre sexualmente y otra cosa, es la inscripción en su pasaporte».
Por ello, ¿qué les ocurre a estas personas? El doctor señala que tienen una mutación genética en un gen que hace que cuando nos estamos desarrollando, siendo aún fetos, no desarrollamos los caracteres sexuales externos. Es decir, no se desarrolla el pene y tampoco escroto; por lo tanto, cuando nacen -advierte- «se inscriben como mujeres porque la apariencia externa es de una mujer, pero competitivamente es un hombre, porque el desarrollo de testosterona así lo indica, con las ventajas añadidas de mayor fuerza muscular, recuperación, mejor sistema anaeróbico, distinta masa ósea o disminución de la grasa, por lo tanto, gozan de la ventaja competitiva».
Cuando son adultos, «a veces les dan fármacos que igualan el nivel de testosterona de las mujeres, pero sabemos que cuando pasan la pubertad, con estos niveles altos, ya tienen un desarrollo muscular que les da una ventaja competitiva, aunque luego de adultos tengan niveles normales de testosterona equiparables a las mujeres», señaló el doctor Manuel Viso, durante una entrevista en el programa Espejo Público de Antena 3 Televisión.
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