Cómo gestionar eficazmente el absentismo laboral priorizando la salud

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Cuando hablamos de absentismo es importante entender su propia definición, que no es tarea sencilla, así como el origen del mismo para gestionarlo desde el seno de las compañías de una u otra manera.
Según la OMS, el absentismo es «la no asistencia al trabajo por parte de un empleado que se pensaba iba a asistir». Es decir, la falta o ausencia del puesto de trabajo cuando existe la obligación de asistir a este. Pero la definición abarca muchas casuísticas y motivos por los que un empleado no asiste a su puesto de trabajo y, evidentemente, no todas ellas tienen ni deben tener el mismo tratamiento.
Centrándonos en los casos relacionados con la salud que dan lugar a lo que se conoce como incapacidad temporal (IT) por enfermedad o accidente (sea o no laboral), estos representan casi dos tercios del absentismo laboral, lo que nos da una idea del peso que tiene el factor salud en el fenómeno del absentismo. Considerando el diferente tratamiento del origen, laboral o no, del impacto en la salud que provoca el absentismo, la gestión de la IT por contingencias comunes es especialmente relevante al existir mecanismos de vigilancia y tratamiento especializado para las contingencias laborales.
Para ser conscientes de las posibles derivadas y consecuencias que esconde el absentismo, debemos partir de una revisión de las últimas cifras registradas por parte de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL), cifras agregadas de las que se pueden extraer conclusiones como que en 2020.
Un millón de empleados no acude al trabajo en todo el año
Según este análisis, la pérdida total de horas laborables llegó a casi 1.700 millones en sólo un año, lo que corresponde a decir que un millón de empleados no asisten a su puesto de trabajo en todo el año. Esto ha supuesto un coste bruto para el conjunto de la economía de 36.900 millones de euros, lo que equivale al 3,3% del PIB. Por otra parte, del análisis de los datos, se observa una mayor duración de los periodos de incapacidad, siendo los tres indicadores máximos históricos.
En este sentido, Luis Iglesias, director del Área de Gestión Absentismo de Quirónprevención, como responsable de Tebex, consultoría especializada en gestión de integral de la salud y gestión del absentismo, hace una reflexión alrededor de estas cifras. «Es cierto que marcan un pico histórico debido a las consecuencias de la pandemia a todos los niveles, pero aislado dicho efecto, se aprecia una tendencia creciente del absentismo sobre los datos que nos dejaban los años anteriores».
Y, además, concluye el especialista: «El absentismo es una lacra para la productividad de las compañías y de la sociedad en su conjunto y se deben emplear las herramientas idóneas para prevenirlo, entendiendo la promoción de la salud como la palanca del cambio».
La salud, el nuevo salario
Por ello, y considerando la magnitud del problema desde un punto de vista macro hasta los aspectos más concretos, se pueden identificar variables relacionadas con el absentismo como son los factores socioeconómicos, los aspectos institucionales y legales, las condiciones en el trabajo y las propias características de los empleados.
Pero, sin duda, el denominador común es la pérdida de salud de la persona que conlleva una ausencia de su puesto de trabajo. Y cuando hablamos de salud, desde luego, no estamos hablando exclusivamente de la ausencia de afecciones o enfermedades, sino del bienestar integral de la persona.
En un momento en el que parece que atisbamos el final de la mayor crisis sanitaria de los últimos tiempos, parece que la pandemia ha venido a poner en valor un concepto que es la salud, algo que parece que a veces olvidamos y dejamos de lado. Por ello, esta crisis sanitaria lo que ha hecho ha sido pronunciar de forma sobresaliente un valor que de algún modo ya se atistaba en alza.
Bajo la opinión de TEBEX, la salud es el nuevo salario. Es uno de los factores más valorados por parte de los profesionales, que ahora perciben las iniciativas de promoción de la salud, así como la seguridad frente a la COVID-19 como un incentivo para mantener y cuidar su puesto de trabajo.
Por ello, en las encuestas sobre condiciones de trabajo cada vez aumentan más las valoraciones de los candidatos y de los empleados por la salud, y concretamente por lo que hace su compañía por su salud. Por tanto, parece evidente que resulta más necesario contribuir desde la empresa a la salud física y emocional de los empleados para potenciar la motivación, el compromiso y la productividad de sus equipos.
Impulsar la salud física y emocional para potenciar la motivación
Y es, dentro de ese propósito de fidelización del talento, ya que deberíamos, entre otras muchas acciones, ser capaces de gestionar el absentismo de una manera inteligente y eficaz, delegando esta labor en profesionales especializados.
Sin embargo, en España aún no existen muchas empresas especializadas en esta actividad, siendo generalmente el sistema público de salud y/o las entidades colaboradoras o gestoras de la Seguridad Social las que asumen esta labor con los medios y capacidades a su alcance.
Iglesias, sobre ello, apunta que “la clave de nuestro trabajo radica en cómo entendemos que se debe abordar la gestión del absentismo, poniendo el foco en la prevención del problema y en la recuperación de la salud del empleado lo antes posible, reduciendo los periodos de incapacidad asociados a las patologías existentes. El formar parte del mayor grupo de salud, Quirónsalud, hace que desde Tebex podamos además ofrecer a nuestros clientes una optimización de los tiempos en la asistencia sanitaria, optando por un circuito complementario en un momento de saturación del sistema público que, a pesar de los esfuerzos realizados, se ve superado en muchas ocasiones”.
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