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Alertan de que la dieta es un factor clave para mejorar el resultado de las inmunoterapias

Dra. Kaech: "En verdad, se trata de un concepto radical que no se había visto antes"

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

«Ya conocen el dicho: ‘Somos lo que comemos’. Pues bien, hemos descubierto una forma en la que esto realmente funciona en las células», afirma la profesora Susan Kaech, autora principal del estudio y titular de la cátedra NOMIS en Salk. «Esto es realmente emocionante en dos niveles: en un nivel fundamental, nuestros hallazgos muestran que la función de una célula puede estar directamente vinculada a su nutrición; en un nivel más específico, esto arroja nueva luz sobre cómo las células T se vuelven disfuncionales o se agotan y qué podríamos hacer para evitarlo».

Así, inmunólogos del Instituto Salk, en San Diego, Estados Unidos, han revelado un nuevo marco para la complicada relación entre la nutrición y la identidad celular; en concreto descubrieron que un cambio nutricional del acetato al citrato desempeña un papel clave en la determinación del destino de las células T, al pasar de células efectoras activas a células agotadas.

El descubrimiento de que diferentes nutrientes pueden cambiar la expresión, la función y la identidad de los genes de una célula hace que los científicos comprendan de manera significativa la relación entre la nutrición y la salud celular en todo el cuerpo. También podría ser posible desarrollar nuevas terapias dirigidas a estos mecanismos dependientes de los nutrientes para ayudar a las células T a mantenerse activas y energéticamente optimizadas contra enfermedades crónicas como el cáncer o el VIH.

El metabolismo es un proceso celular central que transforma los nutrientes en metabolitos y energía. Los nutrientes proporcionan los recursos para todas las actividades celulares, pero primero deben descomponerse en moléculas más pequeñas llamadas metabolitos. Los metabolitos tienen muchos usos, entre ellos, promover la regulación epigenética, un proceso que cambia la forma del ADN de una célula para alterar la accesibilidad de diferentes genes. Los genes que se expresan en una célula en un momento dado determinan el comportamiento y la identidad de toda la célula.

Para verificar estos hallazgos, ingresaron a las células T y eliminaron los genes ACLY y ACSS2 uno por uno, y descubrieron que la pérdida de ACLY aumentaba la actividad antitumoral de las células T, mientras que la pérdida de ACSS2 hacía lo contrario y reducía la eficacia de las células T. Ver estas diferencias en la expresión de ACLY y ACSS2 condujo a una línea de preguntas sobre si el acetil-CoA derivado de estas proteínas podría estar determinando la formación de células T agotadas.

«En verdad, se trata de un concepto radical que no se había visto antes», finaliza Kaech. «Estamos viendo consecuencias claras en la identidad y la función celular en función de las preferencias de nutrientes de las células. El impacto de estos hallazgos no se limitará a la inmunoterapia y la inmunología: todos los tipos de células del cuerpo utilizan estos procesos metabólicos, por lo que pueden surgir muchos otros descubrimientos e innovaciones terapéuticas de lo que hemos descubierto».