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Buñuelos de viento de Eva Arguiñano: receta fácil y esponjosa paso a paso

Aprende a preparar los clásicos buñuelos de viento con la receta de Eva Arguiñano: suaves, dorados y llenos de sabor.

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  • Francisco María
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Pocos dulces tienen tanto encanto casero como los buñuelos de viento receta tradicional. Ese olor a masa recién frita, el crujir del azúcar y la textura suave que se deshace en la boca hacen que cada bocado se sienta como una pequeña fiesta. La cocinera Eva Arguiñano ha sabido mantener viva esta receta sencilla y deliciosa, que no falla nunca. Con unos ingredientes básicos y un poco de mimo, salen unos buñuelos caseros fáciles, dorados, ligeros y llenos de aire, tal como manda la tradición.

A continuación, vemos cómo preparar los buñuelos de viento de Eva Arguiñano, paso a paso, con algunos trucos para que te salgan perfectos a la primera.

Ingredientes

Preparación paso a paso

  1. Prepara la base.
    En un cazo, calienta el agua, la leche, la mantequilla, la sal y el azúcar. Cuando empiece a hervir, añade toda la harina de golpe y remueve hasta formar una masa lisa que se despegue de las paredes.
  2. Deja templar y añade los huevos.
    Retira del fuego y deja enfriar unos minutos. Incorpora los huevos uno a uno, mezclando bien cada vez. La masa debe quedar brillante y elástica.
  3. Forma y fríe los buñuelos.
    Calienta abundante aceite a unos 170 °C. Con dos cucharitas, forma bolitas pequeñas y fríelas en tandas. Verás cómo se inflan y giran solas.
  4. Escúrrelos y espolvorea.
    Sácalos cuando estén dorados y colócalos sobre papel de cocina. Aún calientes, espolvorea con azúcar glas.

Consejos de Eva Arguiñano para un resultado perfecto

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Conclusión

Preparar estos buñuelos de viento al estilo de Eva Arguiñano es una experiencia tan sencilla como gratificante. Con pocos ingredientes, un poco de paciencia y ganas de disfrutar, conseguirás un postre tradicional que nunca pasa de moda.

Perfectos para acompañar un café, una sobremesa en familia o simplemente para darte un capricho, los buñuelos de viento son de esos dulces que huelen a hogar. Y cuando los veas hincharse en la sartén, entenderás por qué se llaman así: porque parecen flotar con el viento.

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