La yihad separatista entierra las milongas de Sánchez

La yihad separatista entierra las milongas de Sánchez

La supuesta ‘revolución de las sonrisas’ con la que el independentismo disfrazó el procés de movimiento pacífico y no violento se reveló como farsa cuando se detuvo el 23 de septiembre de 2019 en el marco de la Operación Judas a miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) manipulando explosivos e inflamables de carácter terrorista. Estos separatistas extremadamente violentos pretendían atentar contra infraestructuras estratégicas y tomar durante cinco días el Parlament de Cataluña para «materializar» la independencia. Ahora, tal como publica OKDIARIO, la Audiencia Nacional juzgará a estos terroristas tras conocer las últimas pesquisas de la Guardia Civil. El informe del teniente fiscal, Miguel Ángel Carballo, es escalofriante: abogaban por el uso de «la violencia en su máxima expresión» para forzar a las instituciones «a conceder por la vía de los hechos la separación de Cataluña del resto de España». Hablamos de «una organización terrorista paralela, de carácter clandestino y estable» cuyo uno de sus miembros, Germinal Tomás Abueso, se grabó explicando cómo detonar explosivos adosados al cuerpo imitando a los terroristas de la yihad islámica.

El escrito de Fiscalía llega después de que viera la luz un informe de la Guardia Civil en mayo en el que atribuye a los integrantes del autodenominado Equipo de Respuesta Táctica (ERT) de los CDR varias búsquedas en Internet de «posibles objetivos» entre los que figuraba el líder del PP, Pablo Casado. Entre los papeles que rescató la Guardia Civil de la basura hallaron hasta recetas para sintetizar materiales destructivos como cloratita, tetralita, nitrocelulosa y ácido pícrico. Lo más alarmante era que estos terroristas no eran ‘lobos solitarios’ sino que mantenían contactos con altas esferas del Govern. Hay que recordar que algunos de estos terroristas se vieron con la hermana del fugado Puigdemont para crear un «canal seguro» entre este y Quim Torra, el mismo que en octubre de 2018 animaba a los CDR diciéndoles «apretad, hacéis bien en apretar».

Que los CDR no atentaran con explosivos se debe sólo a la gran actuación de la Guardia Civil. Tras conocerse estas detenciones, en lugar de mostrar fortaleza ante el energúmeno de Torra, Pedro Sánchez viajó sumiso con su comitiva a visitarle al Palau de la Generalitat. Entonces vimos al ex jefe de Gabinete, Iván Redondo, inclinar la cabeza ante Torra, en un gesto de reverencia que anunciaba la futura rendición de Sánchez ante el golpismo. Y luego, mientras Sánchez pedía «comprensión y magnanimidad» con los indultos, estos terroristas llamaban a un «conflicto armado» desmontando la milonga del Ejecutivo  sobre la nueva etapa de paz y concordia que se abría en Cataluña. Porque estas bestias salvajes solo entienden el lenguaje de la violencia, y no tragan con los malabares pacifistas con los que el ilusionista Sánchez pretende apaciguar al separatismo. Lo que Sánchez llama «reconciliación» no es más que la rendición del Estado y de España ante los violentos.

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