Tercera carta de Pedro a los votontos
Pedro Sánchez se ha ido a Jordania para participar en la Conferencia Internacional sobre la respuesta humanitaria de emergencia para Gaza organizada por el rey Abdalá II de Jordania, el presidente de Egipto, Abdel Fattah Al Sisi y el secretario general de Naciones Unidas, el portugués António Guterres. Allí coincidirá con los líderes de naciones como Bolivia, Sudáfrica, Guyana y Sierra Leona y estará tan ocupado viendo qué se puede hacer para evitar que Israel termine venciendo a los terroristas de Hamás que aún mantienen secuestrados a más de 100 civiles inocentes, rodeados de cómplices palestinos que usan como escudos humanos a sus hijos; que no le va a dar tiempo a escribir la tercera carta de Pedro a los votontos.
Es una lástima que tan importantísima Conferencia Internacional antisemita haya coincidido con varios acontecimientos tan importantes ocurridos en el país presidido por Pedro Sánchez, como son la imputación del hermano del presidente del Gobierno de España y del secretario general de su partido en Extremadura y la dimisión de su vicepresidenta segunda como coordinadora general de la coalición que le sostiene a él en el poder. Yolanda Díaz ha dimitido de ese puesto no remunerado ante los malos resultados electorales obtenidos, pero de momento no parece que vaya a dimitir del bien remunerado cargo que ocupa en el Gobierno y que ya no se justifica por ninguna responsabilidad en su partido.
Efectivamente, los resultados de Sumar desde que Yolanda Díaz lo ha coordinado, o sea, desde su fundación, han sido una continua cuesta abajo sin frenos que a los únicos que han beneficiado han sido a ella y a Pedro Sánchez. Unos resultados tan nefastos justifican sobradamente su dimisión sin más explicaciones y sirven de espejo para que se mire el PSOE de Pedro Sánchez quien, elección tras elección obtiene los peores resultados históricos de su partido en todos los ámbitos, pero consigue aferrarse al poder pactando con lo peor de cada casa.
La Conferencia Internacional para Gaza le ha impedido también a Pedro Sánchez asumir su propia responsabilidad en los malísimos resultados obtenidos en unas elecciones europeas en las que el PSOE se ha descalabrado perdiendo a uno de cada tres de sus votantes, que son más de 2 millones de personas a las que, quizá, no les ha parecido tan buena idea ver al líder de su partido presumiendo de que su esposa ha sido imputada por corrupción y sin dar ninguna explicación a todo lo que se está publicando sobre ella, más allá de hablar del fango y de la ultraderecha.
La tercera carta de Pedro a los votontos precisará de toneladas de cieno y montañas de lodo para cubrir con ellas la decisión de la juez titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz, quien ha decidido que, a la vista de los datos de que dispone, es preciso imputar al hermano de Pedro Sánchez junto al presidente de la Diputación de Badajoz y secretario general del PSOE en Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, así como al jefe de servicio de apoyo jurídico e inspección del área de Recursos Humanos de dicha institución provincial, Alejandro José Cardenal. Considera la jueza que es necesario investigar los indicios de que se hubieran cometido los delitos de malversación, prevaricación, tráfico de influencias y contra la Hacienda y la Administración Pública.
Del caso del trabajo del hermano de Pedro Sánchez en una administración socialista se conocen detalles tan sospechosos como su presunta contratación a dedo para un cargo que hasta entonces era innecesario, su supuesta ausencia de un puesto de trabajo para el que no estaba autorizado a teletrabajar, su aparente y quizá ficticio, traslado de domicilio fiscal a Portugal para no pagar impuestos y su injustificado e inexplicable incremento millonario de patrimonio. Indicios todos para los que en ningún momento se ha intentado dar ni la menor de las explicaciones.
En su tercera carta, cuando vuelva de su gira antisemita, Pedro Sánchez dirá que todo es fango, que le acusan los fachas, que la ultraderecha le tiene envidia, que él no piensa dimitir, que gobernará por decreto y sin presupuestos, pero del Falcon no lo bajan ni los GEO. Sánchez no tiene vergüenza ni dignidad y aguantará con toda la familia imputada y con el PSOE en ruinas, aunque el fango le llegue hasta el cuello.