La Reina y el Príncipe de Gales unen lazos entre España y Reino Unido

Letizia

No hay duda alguna de que las relaciones entre las familias reales de Reino Unido y del reino de España atraviesan por un momento de cordialidad y afabilidad realmente notable y que la mejor muestra de que eso es cierto está en la visita realizada por la Reina Letizia esta semana a la localidad de Bishop Aukcland, situada a más de 400 kilómetros de Londres. Desde el primer momento del encuentro de doña Letizia y el príncipe de Gales, con un doble beso en las mejillas y un tercero en la mano, la visita fue una demostración de que los lazos familiares entre los Borbón y los Windsor pasan por una excelente etapa.  A continuación, se llevó a cabo la visita a la denominada Spanish Gallery que alberga la colección Zurbarán: las doce tribus de Israel, Jacob y sus hijos, un proyecto del británico Jonathan Ruffer en el condado de Durham.

La sonrisa amplia de la Reina española, a lo largo del recorrido por las salas del castillo de Bishop Auckland, y el intercambio frecuente de impresiones con el heredero de la Corona británica dio idea del interés mutuo por los magníficos lienzos del pintor sevillano. Dada la premura con la que se anunció el viaje de la Reina por parte del Palacio de la Zarzuela, justo después de la presencia de don Felipe y doña Letizia en la ceremonia de Acción de Gracias por el príncipe Felipe de Edimburgo en la abadía de Westminster, cabe pensar que la invitación del príncipe Carlos pudo surgir en la capital inglesa durante la visita de los Reyes a Londres. Y a pesar de que la agenda de la Familia Real española se decide con bastante antelación, en este caso se aceptó la invitación de manera inmediata, a pesar de que el viaje hasta Auckland era largo.

Lo que es reseñable asimismo de este viaje es la constatación de que la Reina se volcó en mostrar su cara más simpática, la manera tan afectuosa con la que saludó a las numerosas personas que acudieron al entorno del castillo, como se inclinó para hablar con los niños que agitaban sus banderitas españolas y británicas, el entusiasmo con el que alzaba su mano para despedirse de todos los que estaban más alejados de ella. Eso prueba que cuando a doña Letizia se le da todo el protagonismo en un acto oficial y no va simplemente de acompañante de su marido, el Rey Felipe, ella se esmera en dar la mejor de las impresiones y ejerce a la perfección su papel de consorte real.

Ya se ha planteado por parte de algunos comentaristas si se valora suficientemente la capacidad de la Reina Letizia para cumplir a la perfección con su cometido, por parte de los responsables del Palacio de la Zarzuela. Hay demasiados huecos en su agenda a lo largo de los meses en los que no la vemos apenas desempeñar su labor de representación de la Corona, algo que en general se elogia cuando se le encomienda para que la realice en solitario. Quizá haya llegado el momento de confiar más en ella. A la vista está lo bien que lo ha hecho y lo bien que se sentía haciéndolo junto al Príncipe de Gales, en tierras inglesas.

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