Preservar al Rey del debate político, una tarea necesaria

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La crisis provocada por el veto del Gobierno a la presencia del Rey en el acto de entrega de despachos en el Escuela Judicial desafortunadamente no se da por cerrada, a juzgar por las declaraciones de las fuerzas políticas de uno y otro signo que continúan queriendo sacar rédito político a un episodio tan lamentable. Mientras que los miembros socialistas del Gobierno siguen empecinados en que la decisión estuvo muy bien tomada porque se hizo para «proteger»al Rey, sin explicar de forma adecuada de qué, los pertenecientes a Unidas Podemos y a Izquierda Unida siguen en su posición de que el que no respetó las reglas del juego fue el monarca. A esta posición, se han unido con total entusiasmo aumentado y oportunista, partidos radicales como Esquerra Republicana de Cataluña, que mostró en la sesión de control del Congreso una foto de don Felipe de niño saludando a Franco como prueba irrefutable de la vinculación del actual Jefe del Estado con la dictadura franquista. Un gesto ridículo y patético, pero realizado con la peor de las intenciones de desprestigiar a don Felipe.

En cualquier caso, tampoco parece muy oportuno por parte del Partido Popular y de Vox meter en los reñidos y agrios debates políticos del Congreso de los Diputados al Rey y a la institución de la Corona que él representa. Mantener en estos momentos que ellos son los únicos que defienden a la monarquía y apropiarse de su figura es inoportuno, ya que ahora, más que nunca, la Familia Real necesita que los españoles estén seguros de la absoluta neutralidad política de los integrantes de la institución. Cuanto menos estén presentes y a debate los actos que desempeñan, indefectiblemente refrendados por el Gobierno de la nación, se preservará mejor el prestigio de la monarquía, sustentada democráticamente desde el momento de la aprobación abrumadora de la Constitución de 1978.

Mientras tanto, la Casa del Rey ha decidido, como no podía ser de otra manera, seguir con su labor institucional con toda normalidad y demostrar que en su ánimo está dejar este lamentable episodio atrás y seguir adelante con el desempeño de sus responsabilidades. El Rey Felipe sabe que la dureza tremenda de esta época es algo que no puede hacerle caer en las provocaciones constantes de personas que forman parte del Gobierno español -Unidas Podemos e Izquierda Unida- que hace ocho meses le prometieron lealtad en la sede de la Jefatura del Estado, en presencia del Titular de Justicia como notario mayor del Reino. Algo insólito en cualquier otro país del entorno europeo, que forme parte de los que eligieron en su momento la monarquía como forma de Estado, cuyos gobiernos mantienen la imprescindible cortesía ante sus monarcas que dicta el protocolo y también, simplemente, la buena educación.

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