Premio a la estabilidad que representa Feijóo y palo al extremismo de Iglesias

Premio a la estabilidad que representa Feijóo y palo al extremismo de Iglesias

Más allá de las previsibles y contundentes victorias del PP de Alberto Núñez Feijóo en Galicia -igualará las 4 mayorías absolutas de Manuel Fraga con un porcentaje de votos cercano al 50% votos, poniendo así en valor la imagen de rigor y estabilidad que encarna el presidente de la Xunta- e Íñigo Urkullu en el País Vasco -que incrementará los resultados del PNV con un porcentaje de apoyos en torno al 40%-, las elecciones gallegas y vascas del próximo domingo van a poner a prueba el populismo comunista de Podemos. Según las encuestas de Hamalgama Métrica que publica OKDIARIO , la formación morada sufrirá un retroceso descomunal en Galicia y un serio varapalo en el País Vasco.

En Galicia, Podemos concurrió en 2016 en coalición con En Marea. Su resultado fue notable -14 escaños, superando al PSOE en número de votos-. Cuatro años después, la encuesta de Hamalgama certifica el derrumbe de la formación podemita, que obtendrá 3. Pasará del 19,1% de los votos al 7,1%, 12 puntos y 11 asientos menos en el Parlamento gallego. Para un partido de Gobierno, el fracaso de Pablo Iglesias en Galicia es aplastante. En el País Vasco, su caída es menor, pero también significativa. Perderá 3 escaños.

Si Pablo Iglesias pensaba que su presencia en el Ejecutivo serviría para catapultar el voto de Podemos en los distintos territorios, parece que obvio que sus cuentas han saltado por los aires. Será, a tenor de lo que apuntan las encuestas, el gran derrotado de los comicios autonómicos del próximo domingo. En Galicia, el fracaso será estrepitoso, y en el País Vasco, caerá de forma sensible. Un tortazo electoral en toda regla.

La reflexión que cabe hacerse es que Pablo Iglesias, con más poder que nunca, pagará en las urnas su sectarismo. Si se confirma el pronóstico de las encuestas, Podemos sufrirá un castigo proporcional a la soberbia y el totalitarismo de su líder. Se diría que gallegos y vascos van a colocarle en su sitio. Su utilización del poder, sus métodos chulescos y su visión matonil de la política le han retratado ante la sociedad. Por fortuna, cada vez son más los españoles que se han dado cuenta de lo que es Pablo Iglesias y de lo que representa.

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