Otro paso más de Sánchez hacia su Gobierno en solitario

Otro paso más de Sánchez hacia su Gobierno en solitario

Según pasan los días, comienzan a ser más evidentes los indicios de que el proyecto de Gobierno en solitario de Pedro Sánchez no es un farol. De hecho, no sólo es la mejor forma de defender sus intereses, sino que además es una opción perfectamente viable.

Podemos es un partido en franca decadencia. Sus resultados hubieran sido aún peores de no irrumpir Vox en escena -así lo asegura un informe interno del Partido Comunista de España (PCE) al que ha tenido acceso este medio-. Si Pablo Iglesias no se plegase a los deseos de Pedro Sánchez y por culpa suya los españoles fuésemos a unas nuevas elecciones generales, el líder podemita quedaría más en entredicho por dificultar un Gobierno de izquierdas. El PSOE le robaría otro buen puñado de votos. Así pues, el margen de negociación de Podemos es nulo.

Para comprender todo lo que estamos viendo estos días en el plano político hay que interpretarlo en clave de interludio y en clave de escenificación: de interludio porque la correlación de fuerzas no se decidirá hasta el próximo día 26 de mayo; y de escenificación porque hasta entonces todo es calentar motores y dejarse ver en modo pre-electoral a la espera, precisamente, de dicha votación. Nadie cerrará ningún pacto antes del día 27 porque todos buscan maximizar su propia posición. Podemos no quiere presentarse ante las urnas en una genuflexión frente al PSOE; y el PSOE no quiere trasmitir a sus potenciales votantes un rechazo a pactar con la extrema izquierda.

Ahora bien, una vez cerradas las urnas, terminará la luna de miel y despertaremos a la realidad, que será especialmente cruda para Podemos. La figura de Sánchez emergerá como la de un presidente en solitario para toda la próxima legislatura, mientras que Iglesias sólo podrá optar entre apoyarle desde fuera o correr el riesgo de perder 15 diputados más. Sánchez, en modo emperador, le podrá ofrecer dadivosamente a Iglesias que sugiera los nombres de posibles independientes para figurar en el Gobierno. Algo inocuo, por lo demás; son migajas del banquete.

Siempre queda la opción de que se repita una pinza ‘Aznar-Anguita Vs. González’ mientras azota la crisis económica, sólo que en esta ocasión sería una pinza ‘Casado-Rivera-Iglesias Vs. Sánchez’; cosa que, de suceder -lo cual está por ver-, tiene que llover mucho antes.

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