Ni Sánchez debe recurrir al Ibex, ni PP y C’s deben someterse al Ibex

Ni Sánchez debe recurrir al Ibex, ni PP y C’s deben someterse al Ibex

Sánchez asume las negociaciones de investidura como quien no tiene nada que perder y, en cambio, sí mucho que ganar. Si no es presidente ahora, muy probablemente lo será en septiembre y si no, en el peor de los escenarios –que para él puede ser el mejor– en noviembre, tras celebrar unas nuevas elecciones.

Dentro de esta estrategia suya de presionar sin demasiado entusiasmo se entienden los movimientos que está haciendo en los entornos de las grandes empresas españolas. Su objetivo sería que ellas, a su vez, medien para una hipotética abstención de Ciudadanos y el Partido Popular. A estas alturas del partido es sumamente improbable que suceda una cosa así. En cualquier caso, estos tanteos no dan la impresión de que se realicen tanto por su efectividad real como para reformar la imagen institucional de Sánchez.

En cualquier caso, la estrategia desprende un aroma bastante reaccionario. El poder político es una esfera autónoma, que emana de la soberanía nacional y sólo a ella se debe. Los cabildeos con los poderes económicos están fuera de lugar y alguien que representa a las siglas del PSOE debería ser especialmente consciente de ello. La política es un instrumento para solucionar aquello que no ha podido arreglarse a nivel social de acuerdo con el Derecho, y desde luego que no es una palanca para conchabarse con nadie. El actual colapso político tiene unas causas específicamente políticas y desde este ámbito –y sólo desde él– debe encontrarse solución. Actuar de otra forma implica desnaturalizar la esencia de nuestra democracia.

En cuanto a Ciudadanos y Partido Popular, da la impresión de que son plenamente conscientes de los movimientos de cara a la galería de Sánchez. En todo caso, por un mal entendido economicismo no estaría de más advertirles de que en ningún caso deberían someterse a presiones económicas de ningún tipo.

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