Metástasis en el Gobierno de ‘colocación’
Eso no es un Gobierno «de coalición» tal y como se entiende en los países serios. La definición más propia para describir el pelotón de ministros amontonados (uno sobre otros; otro sobre una) que encabeza Sánchez es que se trata de un Gobierno de colocación.
El resto importa poco. Importa, básicamente, mantenerse en el poder, disfrutar de sus enormes ventajas (casa gratis, mayordomía gratis, luz, gratis, comida gratis…), presumir ante los amigos y hacer lo menos posible. Sucede que, cuando no se sabe, acaba uno ciscándose donde no debe.
No existe un Gobierno serio en el mundo libre donde un Poder Ejecutivo con vocación totalitaria ofrezca tamaños espectáculos. Ver las peleas (y lo que no se ve) de las vicepresidentas produce rubor en los círculos de Bruselas y, al final, es carne de chacota entre los comensales de cinco tenedores. Oír al ministro de Agricultura, Luis Planas, persona exportable por lo demás, leerle la cartilla a su par Garzón y mortificando sus sabañones es algo que alucina al respetable que es el que les paga a ambos.
No hay nada que una a los ministros del PSOE y a los ministros de UP. Nada. Salvo una cosa: el poder. Su use y disfrute. Punto. El resto es aleatorio.
La mayor parte de los observadores creen y opinan acerca de que nada hará caer a este gobierno y que durará los dos años que resta de legislatura. Es muy posible que este columnista también acabe apuntando a esa tesis. La supervivencia del Gobierno Sánchez sería imposible en una democracia seria y en un país consciente. Completamente imposible. Habrá que convenir, por ende, que ni esta es una democracia seria ni España es un país con ciudadanos responsables y conscientes. A partir de ahí, oiga, cualquier cosa.
El que suscribe, que lleva ya unas cuantas travesías en esto de la observación de la cosa pública, puede asegurar y asegura que nunca se había visto nada igual por estos lares desde la restauración democrática. Ni es un Gobierno, ni es de coalición, ni se quieren. Aman el poder y sus privilegios. El resto les importa poco.
¿Puede durar la metástasis dos años más? ¡Sin duda!
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