Mayo del 2022
Ya dije, escribí, que había luz al final del túnel. Ahora que, como exigían las circunstancias, el Mallorca ha hecho sus deberes, justitos, de cinco rascado no de notable y mucho menos de sobresaliente pero los ha hecho, la claridad es mayor. Ha pasado de perder sus bazas a recuperar la vez. Malo para el Cádiz que aun ganando en Vitoria tendrá que esperar los resultados del Reyno de Navarra y Los Nuevos Cármenes.
Aguardaremos una semana. No es buen momento para liarla o, en este caso, pasar cuentas sin haber cerrado el balance. Una vez asegurada la categoría alguien en nombre de esa afición a veces silenciosa y casi siempre sumisa, debería pedir explicaciones a los dueños y estos, al mismo tiempo, a sus primeros ejecutivos y mandos intermedios, sobre todo deportivos, porque ni unos ni los otros merecen la menor confianza.
Dejemos para tertulianos de café las bobadas habituales, que si Aguirre tiene contactos en Pamplona, que si Budimir. Los mismos que dudaban del Real Madrid porque un hermano de Nacho juega en el equipo de Sergio González. Cualquier resultado obtenido por medios ajenos al terreno de juego no inspira más que asco. La permanencia hay que ganársela a pulso y, ojo, Osasuna no es un equipo fácil en su feudo. Ni fuera.
Esto no está hecho. Contengamos la euforia. Lo más difícil era llegar a la última jornada con vida después del repasón granadino en Son Moix. El último asalto no es sencillo, pero es una opción que no creímos tener y hay que aprovecharla.
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