Más difícil de lo que parece
El Coliseum no es un campo trampa, sino directamente un fortín. Allí solamente ha ganado un equipo, el Girona, y en una clasificación donde solamente consideráramos los partidos jugados como local, estaría en la décima posición, muy lejos del descenso que le aprieta en la tabla general.
Tiene la tercera defensa menos goleada de la categoría, únicamente superada por la del Atlético y la Real Sociedad. Como contrapartida marca muy pocos goles, pero con uno a veces basta como bien sabemos en Mallorca.
No tiene secretos el método de Bordalás. El sacrificio, la solidaridad, el sentido de la anticipación, no son negociables en sus equipos. Con David Soria bajo palos, Iglesias y Diego Rico en los laterales bajo la batuta de Djené y Alderete por el centro, se reparten el medio campo Luis Milla de director de orquesta y Arambarri de gallo de pelea. En el área contraria luchan Uche, un descubrimiento y Álvaro, ambos peligrosos también en el juego aéreo. Son duros, pegajosos y no rehúyen ningún duelo, de los que ganan muchos.
Arrasate viaja sin Morlanes, Muriqi y Samu. Recupera a Raillo, Lato y Valery. Ha de inventar un doble pivote, así que no extrañaría que Antonio Sánchez, incluso Sergi Darder o Dani Rodríguez, se constituyan en la pareja de Mascarell y que Mojica adelante su posición por la banda izquierda. Claro que todo son especulaciones y el plan que haya trazado en su cabeza lo veremos a partir de las dos de la tarde o, la una cuando veamos las alineaciones.
Pita Munuera Montero, de Jaén. El Mallorca se lo encontró en Valladolid (1-2) y en la final de Copa del pasado mes de mayo. Vuele al escenario en el que arbitró el Getafe-Real Sociedad (0-0). No admite protestas, lleva una media de cinco amarillas por partido. Tiene escarapela FIFA, ha dirigido más de 25 encuentros internacionales y cumple, a sus 41 años, su novena temporada en Primera.