En lugar de bajar el IVA de la luz, Sánchez nos pone a planchar de madrugada

En lugar de bajar el IVA de la luz, Sánchez nos pone a planchar de madrugada

Hoy entra en vigor la nueva factura de la luz, que pretende incentivar el consumo más eficiente con precios y cargos diferentes en función de los periodos horarios. En cuanto al consumo, se fijan tres tramos -punta, llano y valle-que, según el Gobierno, permitirá a los usuarios abaratar el recibo siempre que los principales electrodomésticos se utilicen de madrugada. En caso de no hacerlo, la factura registrará un incremento sustancial, que se sumará al incremento sustancial registrado en los últimos meses -en abril la luz subió un 46% en relación con el mismo mes del año anterior, el mayor alza de su historia-.

El Ejecutivo socialcomunista pretende culpabilizar a los usuarios del brutal incremento de las tarifas, con el argumento de que ellos son los responsables de que no se haga un consumo eficiente. O sea, Sánchez pretende que todos los españoles cambien sus hábitos de vida para poner la lavadora o planchar de madrugada. Si lo hacen, podrán ahorrar un poco; si se resisten, pagarán mucho más.

Es una manera de descargar su responsabilidad sobre los hombros de los consumidores y de eludir la gran cuestión de fondo: los impuestos que gravan la factura de la luz. En lugar de pretender alterar la vida de los españoles, el Ejecutivo socialcomunista podría bajar la carga fiscal de la factura reduciendo el IVA -como Italia,  Grecia, Francia o Alemania-, pero eso, en un momento en que las arcas del Estado están vacías-, está descartado. O sea, el IVA de la luz es idéntico al IVA de un Ferrari, será porque Sánchez considera que la electricidad es un artículo de lujo. Cuando estaban en la oposición, PSOE y Podemos cargaban contra el Gobierno de Rajoy con el argumento de que el PP estaba la servicio del «oligopolio eléctrico». Ahora que gobiernan ellos, la culpa del incremento de la factura la tienen todos menos ellos: la UE, las eléctricas y, ahora, los consumidores, dibujados como unos derrochadores sin escrúpulos.

Lo último en Opinión

Últimas noticias