Feijóo: barrer el zapaterismo/sanchismo

Feijóo
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

En una larga e interesante entrevista con el director de este periódico, Alberto Núñez Feijóo ha deshojado en su totalidad lo que será su programa de gobierno, una vez que los españoles se hayan pronunciado claramente por su opción en las urnas.

Feijóo llegará al poder con una amplísima experiencia en los asuntos de Estado y también con un amplio conocimiento sobre lo que es y representa España y, muy singularmente, la experiencia histórica de lo que supuso la Transición, el felipismo, el aznarismo, el zapaterismo, el marianismo y el sanchismo.

Tengo para mí que Feijóo tiene cabal idea acerca de lo que han supuestos los siete últimos años en la que el país ha quedado deshilachado en manos de un jefe de gobierno irresponsable, rodeado de corrupción y que ha trabajado desde el poder para que a «España no le conociera ni la madre que la parió».

Se supone que el comandante en jefe del Partido Popular ha tomado buena nota del gran error de su amigo y paisano gallego Rajoy: no desarticular las leyes ideológicas de Rodríguez Zapatero, el inconsistente y perverso lobista venezolano y chino. Singularmente tiene que darse prisa, cuando habite el Palacio de la Moncloa, mandar al averno todas aquellas leyes que dividen a los españoles, especialmente esas denominadas como «violencia de género» que han dejado a los hombres sin presunción de inocencia como magníficamente ha demostrado Juan Soto Ivars.

Feijóo tiene que recuperar la «igualdad» entre territorios, pese a quien pese. Los independentistas y los ultranacionalistas catalanes y vascos tienen que entender de una vez por todas que no son superiores al resto de los españoles y que el Estado no es una ubre en la que se pueda mamar indefinidamente. Stop. Se acabó.

Hay un capítulo en el que el Gobierno ultra de Sánchez se ha cebado particularmente: las libertades, todas las libertades. La libertad para crear una empresa; libertad para informar y opinar; libertad para tener el patrimonio inmobiliario que se haya conseguido mediante el trabajo, el ahorro, el esfuerzo y el riesgo.   

Libertad para que la Agencia EFE sea una agencia estatal que defienda los intereses generales y respete la verdad. Libertad para que RTVE sea un medio informativo pagado por los contribuyentes que sirve a los hechos objetivos no para que los amigos de Sánchez se lo lleven crudo y sólo puedan opinar en la radiotelevisión pública aquellos que bailan el agua al poder.

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