Lo progresista es crear empleo

España es el país de Europa donde más zarandeos sufren los empresarios, o emprendedores como hortera y estultamente se les denomina ahora. Después de cuarenta años de democracia hay fuerzas políticas parlamentarias y gubernamentales que hacen del acoso y derribo permanente de los empresarios su principal leiv motiv. Desde luego, nunca como hasta la fecha con un jefe de Gobierno dirigiendo las mesnadas que abrevan en el dinero público.

Antes que nada, tengo que escribir que esta columna no me la orienta la CEOE, Galán o Botín, de eso sabe más Pedro Sánchez. O ponemos coto de una vez por todas a los zampalimosnas antisistema –entre los que se ha colocado por voluntad propia el presidente del Gobierno- o vamos a contemplar un país en la más completa ruina a medida que se destruye el tejido productivo que tantas décadas costó levantar.

Se empeñan en autodenominarse “progresistas” y eso pasa, justamente invocando permanentemente ataques contra los empresarios. En justeza, nadie reparte lo que no tiene. Y los únicos que crean riqueza y bienestar son los que crean empleo y pagan sus impuestos, entre otras cosas, para que los que atacan puedan vivir de sus inmensas mamandurrias. Pero la sociedad española y principalmente la mediática asiste impávida primero a los ataques verbales, y luego desde el poder hacen lo imposible para que miles de empresas de pequeña y mediana estatura desaparezcan. Con las grandes se atreven menos, pero también.

Vuelvo a repetir: es difícil encontrar un país de la Unión Europea donde la figura del empresario esté más zarandeada. En Francia, cuando el Gobierno de Mitterrand a principios de los 80 (primera etapa del Gobierno socialista con comunistas en el poder) puso en jaque a los empresarios, estos se personaron en el Elíseo, leyeron la cartilla y aquí paz y después empresa. Termino como empecé: lo progresista, lo europeo, lo guay en la atribulada España sanchista es crear empleo. Desde luego, nunca repartir miseria.