Lo importante es no confundirse de enemigo

La orden taxativa que Vox ha dado a sus cargos provinciales -mantener un «perfil bajo» en las críticas a Núñez Feijóo para no dañar futuros acuerdos con el PP- responde a una estrategia sensata que parte de la idea de que el enemigo político a batir es el socialcomunismo y que el nuevo escenario político que para la formación de Santiago Abascal se abre con la entrada en el Gobierno de Castilla y León que preside el popular Alfonso Fernández Mañueco obliga a modular sus relaciones con el PP. Es lo lógico en función del objetivo común que comparten ambas formaciones: echar a Pedro Sánchez de La Moncloa.

El mensaje que han recibido los cargos provinciales de Voz es explícito: «Estimados alcaldes, concejales y diputados provinciales: Buenas tardes. Es muy importante que mantengáis un perfil bajo respecto a Feijóo en redes sociales. Hay que evitar críticas que puedan repercutir en posteriores acuerdos de Gobierno. No podemos darle al PP ningún pretexto para que pueda decir que es Vox el que impide cualquier pacto. Ceñiros, en relación con la crisis del PP y la llegada de Feijóo, a RT lo que publique la cuenta nacional de Vox. Gracias y un saludo».

La entrada de Vox, por primera vez, en un Gobierno de coalición con los populares ha desatado la histeria en la izquierda, que es consciente de que Castilla y León puede ser el laboratorio de pruebas para próximos pactos, dentro de los cuales el más importante es el que podrían alcanzar Feijóo y Abascal para acabar con el Gobierno socialcomunista de Sánchez. Por supuesto, la izquierda y sus terminales mediáticas insistirán hasta quedarse sin voz con la matraca de la extrema derecha, pero cuanto más insistan en sus ataques será  la prueba de que PP y Vox han acertado. Ladran, luego cabalgamos. Porque las legítimas discrepancias entre PP y Vox nunca pueden ser más importantes que el objetivo de poner fin a una etapa funesta en la reciente historia de España.