Impacto entre los arqueólogos: confirman el lugar exacto donde Jesús hizo un milagro, según la Biblia
Aunque algunos duden de Jesús como verdadero hijo de Dios, está más que constatada su existencia como figura histórica. Por ello, los arqueólogos siguen utilizando la Biblia como una fuente para descubrir nuevos lugares de la antigüedad.
En esta ocasión han descubierto el lugar exacto donde Jesucristo curó a un ciego de nacimiento en Jerusalén: la legendaria piscina de Siloé, un lugar mencionado en el Evangelio de Juan.
Las excavaciones del lugar comenzaron en 2005, pero el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel acaba de confirmar que este mismo año abrirán el lugar al público.
Arqueólogos hallan el lugar donde Jesús curó a un ciego de nacimiento
Científicos e historiadores han podido usar tecnología reciente para confirmar que algunos pasajes de la Biblia son absolutamente ciertos. Ahora, han podido demostrar que la piscina de Siloé existió.
En términos históricos, la piscina de Siloé, estuvo situada en la Ciudad de David, al sur del Monte del Templo en Jerusalén y data de aproximadamente 2.700 años.
Fue construida durante el reinado del rey Ezequías (716/15-687/86 a. C.) como parte del sistema de suministro de agua de la ciudad. Este estanque no sólo fue esencial para el abastecimiento hídrico, sino que también desempeñó un papel significativo en los rituales de purificación de los peregrinos que acudían al Templo.
¿Qué dice la Biblia sobre el nuevo descubrimiento arqueológico?
Uno de los elementos que más ha llamado la atención de la piscina de Siloé es que juega un papel muy significativo en uno de los evangelios, y allí ocurrió uno de los milagros más famosos de Jesús.
Según el Evangelio de Juan, Jesús realizó en este lugar la curación de un hombre ciego de nacimiento. El relato describe cómo Jesús mezcló tierra con saliva, aplicó la mezcla en los ojos del hombre y le indicó que se lavara en la piscina de Siloé, lo que resultó en la recuperación de su vista.
El descubrimiento arqueológico relacionado con Jesucristo
El hallazgo principal de los arqueólogos en la excavación ha consistido en desenterrar los escalones originales de la piscina de Siloé, que habían permanecido ocultos bajo los sedimentos durante siglos.
Lo más sorprendente es que el descubrimiento no fue algo planificado, sino que lo encontraron por casualidad mientras realizaban unas mejoras en las infraestructuras de la zona.
«Dentro de unos años, los visitantes apreciarán directamente los lugares históricos y podrán ver con sus propios ojos, tocar con sus propias manos y caminar con sus propios pies sobre las mismas piedras que nuestros antepasados caminaron hace miles de años», expresó el director de Asuntos Internacionales de la Ciudad de David, Ze’ev Orenstein.
Este hallazgo es importante tanto para historiadores como para religiosos. Desde el apartado arqueológico es una oportunidad única para entender los sistemas hidráulicos de la antigua Jerusalén. Para los teólogos es una reafirmación de la historicidad del Evangelio.