Letizia, medio siglo

Letizia, medio siglo
Letizia, medio siglo

He saludado en cuatro ocasiones (besamanos) a la Reina Letizia, la asturiana que fue compañera del Telediario de Alfredo Urdaci cuando en el país mandaba José María Aznar y en RTVE, José Antonio Sánchez.

Lo explicito para que nadie me tome el número cambiado. En esas cuatro ocasiones no intercambiamos palabra alguna. Sí escribí hace bastantes años frente a los que sostienen que la monarquía no cambia que hay un matiz que derriba sus argumentos: la anterior Reina, Doña Sofía, era nieta del kaiser, emparentada con el ghota de la realeza europea y la actual, la esposa del Rey Felipe, es nieta de un taxista.

Escribo de Letizia sobre hechos producidos y protagonizados. Sin que me obnubile ni el fervorín pro, ni las orejeras por sistema de los antisistema. Lo sustancial para un hombre de su tiempo, es decir, para el que suscribe, es analizar si los beneficios de la institución para el contribuyente son mayores o menores que su coste. Sobre la esposa de Felipe VI se han escrito, incluso dicho, muchas cosas. Procuro separar el grano de la paja. Supongo que habrá que hacer el ejercicio clásico in médium virtus. No me parece, sinceramente, que la familia que actualmente lidera el Rey desmerezca en absoluto de otras casas reales por la vieja Europa. No sólo el matrimonio, sino también sus hijas. Es un principal input a favor de la consorte del Monarca.

Vuelvo a repetirlo: la monarquía en España se irá al averno cuando una mayoría de españoles considere que no son útiles, o sea poco útil. Lo demás, son zarandajas para ganar votos a costa del jefe del Estado. Lo que sí me produce alguna inquietud, tampoco excesiva, son las amistades de antaño de Doña Letizia –algunas las conozco muy bien-, pero, sobre todo, las actuales. Alrededor tiene unos magníficos servidores del Estado, leales y probos. Eso es ya una garantía, una enorme garantía.

El aspecto modernizador de la Casa Real, introducido teóricamente por la Reina, resulta también especialmente interesante. «Cambiar algo, para que nadie cambie…». La modernidad, en cualquier caso, tendrá que ver con asuntos transcendentes, que en este tema, sólo puede venir del cumplimiento estricto de rol constitucional. Ya nos han contado en infinidad de ocasiones que es una experta en eso que se ha dado en llamar «imagen». Sin embargo, Don Felipe ha dado cumplidas muestras de saber por dónde sopla el cierzo durante los años que lleva sentado en el trono. Será difícil por ahí que le pillen en un renuncio. Si algo durante estos años han demostrado los Reyes de España ha sido realismo, conocimiento y sentido común. Esto último de vital importancia en los tiempos que nos circundan.

Resumiendo, felicidades señora. Si el Rey está feliz con SM y, de paso, los españoles también, redoblo la felicitación y que sea por otro medio siglo. Con simpatía, seriedad, dignidad y ausencia de aspavientos. La pituitaria del pueblo español viene demostrando ser sensible y sabia. Aunque no siempre.

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