El indulto a Griñán es un atentado democrático

Griñán indulto

José Antonio Griñán pudo y debió evitar la malversación de fondos públicos dilapidados en los ERE, pero consintió el desvío de 680 millones de euros destinados a los parados andaluces. El Tribunal Supremo ha hecho públicos los argumentos que ratifican la condena a prisión del ex presidente socialista andaluz impuesta por la Audiencia Provincial de Sevilla. Según el Supremo, Griñán, que fue castigado penalmente con seis años de cárcel y ocho de inhabilitación, conoció y amparó el multimillonario desfalco, por lo que es condenado, además de prevaricación, por malversación. En estas circunstancias, defender, como hace el PSOE, que Griñán no es un corrupto y que no se lucró personalmente-como si eso fuera una prueba de honestidad- es una aberración pluscuamperfecta. Tras los argumentos del Supremo, si Sánchez indulta a Griñán estará amparando a un delincuente.

El Supremo confirma que los gobiernos de Chaves y Griñán, que ejercieron el poder en Andalucía durante 23 años de forma ininterrumpida, pusieron en marcha una fórmula para acallar el descontento social y pagar las prejubilaciones de 6.000 empleados víctimas de la crisis industrial que azotó Andalucía a finales de los años noventa. ¿Y cómo lo hicieron?: pues saltándose los controles de la Intervención General; es decir, sorteando premeditadamente al órgano encargado de controlar y fiscalizar el uso del dinero de todos los andaluces. Un sistema fraudulento e ilegal que provocó un «descontrol absoluto». Lo que hizo Griñán es hacer oídos sordos a las advertencias de la Intervención para que el plan diseñado por el Gobierno socialista continuara pese a su manifiesta ilegalidad.

Si Pedro Sánchez indulta a José Antonio Griñán estaríamos ante un escándalo político sin precedentes. No es en absoluto descartable, pero el perdón a un delincuente por corrupción convertiría al presidente del Gobierno en amparador de un político corrupto que se salvaría de ir a prisión por el mero hecho de ser socialista. Toda una burla al Estado de Derecho y la democracia.

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