El Gobierno Frankenstein ha muerto: ¡Viva el Gobierno Pimpinela!

El Gobierno Frankenstein ha muerto: ¡Viva el Gobierno Pimpinela!
El Gobierno Frankenstein ha muerto: ¡Viva el Gobierno Pimpinela!
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

Los datos no engañan. Las cifras tampoco. Ahora mismo el Índice de Miseria en España sólo es superado dentro de Europa por las repúblicas bálticas. ¡Se pongan como quieran! Aquí los datos y son irrefutables. La deuda pública (que hay que pagarla) crece en 7.000 millones al mes desde que Sánchez es presidente. Los asalariados cobran 2,246 millones menos anualmente que antes de la pandemia, pero pagan 7.714 millones más en el IRPF. Seis millones de personas son pobres en España, un 50% más que en 2018, año en el que Sánchez se alzó con el poder mediante el conocido “Gobierno Frankenstein”.

El 14% de los hogares españoles afronta el mes en situación de pobreza tras pagar los recibos de la energía. Los “fijos discontinuos” es el truco estadístico inventado (aunque ya existía de alguna forma en la legislación laboral española), similar a los ERTE, para transmitir fatuamente la creación “histórica” (palabreja ineludible en el vocabulario de la inabarcable Díaz) de puestos de trabajo. De modo y manera, que la estadística no contabiliza como parados a los contratados como fijos discontinuos –si son fijos no pueden ser “discontinuos”, serán “fijos”- y que viene a maquillar un pobrísimo nuevo paradigma del escenario laboral.

Podríamos consumir todo el papel digital de este diario haciendo hincapié en los macro y micro datos de la situación española y no terminaríamos nunca. Desde el 20% de aumento fiscal en términos generales –mentira que sólo afecte a los ricos-, a la insoportable inflación que venía ya incubándose antes de la guerra de Putin. Como hay poca almendra que repartir se recurre a la fantasía propagandística impulsada por la brunete mediática gubernamental, que con su enorme potencia de fuego logra confundir todavía a un buen número de incautos electores. Sánchez y sus cuates.

A falta de harina todo es mohína, reza el dicho clásico. El Gobierno, superado en todos los frentes, arrodillado ante socios indeseables, desconocedor de las soluciones técnicas que pudieran aplicar a una situación de emergencia, se afana por demostrar ante el pueblo que les paga que en una cosa sí son excelsos profesores: tirarse los trastos a la cabeza, unos a otros, afilar las navajas al cinto para apuñalar al primer colega que se les cruza. Como en la mejor tradición histórica de la izquierda rabiosa y desesperada. Por si faltara poco para adornar el sainete, ahora la izquierda radical de la izquierda más ultra quiere abrir posada con la señora Díaz de posadera.

Dicen que han pedido reserva esos dos grandes estadistas de la cosa, los mandamases de CCOO y UGT, que han mandado a hacer puñetas (literal) a los que se quejan de que no les da el jurdó para vivir. Ellos, naturalmente, no tienen ese problema de subsistencia y quieren disfrutar del verano (literal).

La guinda al Gobierno Pimpinela la pone la comunista travestida que lanza proyecto propio sobre las cenizas del PCE: “Quiero un país alegre…”. Justamente, lo que nunca vi en la extinta URSS, ni veo en las calles de La Habana, Caracas o La Paz…

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