El gas da la puntilla a un Gobierno perdido en el laberinto energético

El desorbitado incremento del precio del gas se suma al brutal alza de la factura de la luz para, entre ambos, formar la tormenta perfecta. El precio del gas natural ha crecido en un sólo día el 12% y supera todos los récords (en un año ha crecido un 300%) y superado la barrera de los 90 euros (92,69 euros/MWh). El recibo que van a pagar las comunidades cuando llegue el momento de poner la calefacción provoca vértigo y quienes tienen caldera individual pagarán a partir de abril lo que no hayan abonado hasta entonces -el Gobierno ha decidido poner tope los precios durante seis meses-. Esta es la realidad: mientras la luz supera los 200 euros/MWh (una cantidad que los expertos más pesimistas preveían para finales de año) y amenaza con dejar sin efecto las medidas adoptadas, tarde y mal, por el Ejecutivo, el gas sigue la misma senda sin que Pedro Sánchez parezca decidido a aplicar soluciones urgentes. Porque el Ejecutivo no ha limitado la subida del precio del gas natural de las comunidades de vecinos, lo que significa que pagarán el doble de lo abonado el año pasado.