Opinión

España sería un cohete sin bloqueo político

El crecimiento económico en España es ahora mismo un vehículo a propulsión que podría ir a la velocidad de la luz si no fuera por el bloqueo político. Los indicadores y las previsiones para la actual locomotora de Europa son inmejorables a corto plazo pero inquietantes de cara a 2017, sobre todo si el desgobierno sigue siendo el pan nuestro de cada día. Instituciones públicas y privadas prevén que España crezca a más del 3% durante 2016. A las estimaciones del Gobierno hay que añadir los informes del BBVA, el de los Analistas Financieros Internaciones (AFI) el Fondo Monetario Internacional (FMI) o, los últimos en pronunciarse, la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) que también ha revisado al alza el porcentaje de nuestro Producto Interior Bruto. En esta recuperación milagrosa no se puede obviar el mérito de las reformas desarrolladas por el Gobierno del Partido Popular, especialmente en los últimos dos años de legislatura.

La coyuntura internacional también nos ha favorecido con un respiro en el precio del petróleo y la asistencia financiera por parte de la Unión Europea. Toda esta mejoría incidirá directamente en el mercado laboral, ya que a finales de año el paro estará por debajo del 20%. No obstante, este presente rutilante no puede ocultar el contexto que nos espera a medio y largo plazo. Es necesario mantener una estrategia sostenida y desarrollada en el tiempo para que el ritmo no decaiga y, desde luego, terminar con la parálisis institucional que padece España desde hace casi un año. Mientras nuestros representantes son incapaces de ponerse de acuerdo en el Congreso de los Diputados para conformar un Gobierno que asiente aún más esta mejoría, en el horizonte se vislumbra la amenaza de que todo este contexto languidezca y se quede en nada a partir de 2017.

Nuestro país carga con la rémora de una losa ciclópea: el déficit público. Un factor que puede dar al traste con cualquier esperanza de mejora definitiva y en el que incide de manera muy negativa el bloqueo político. Una constante prórroga presupuestaría nos impedirá cumplir con Europa y provocará una brecha de 17.000 millones de euros, equivalente a 1,7 puntos del PIB. Resulta fundamental evitar las terceras elecciones para que se pueda conformar un Gobierno de fuerzas constitucionalistas lo antes posible. Porque, claro está, a pesar de los problemas derivados por dicho bloqueo aún sería peor un Gobierno en activo que contara con la participación de Podemos y los independentistas. Entonces, las inversiones no estarían en suspenso como ahora, sino directamente en estado de catalepsia.