La España de Sánchez: Txapote saldrá a la calle en Navidad

Después de que el Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez haya firmado su acercamiento a una cárcel del País Vasco, Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote, el sanguinario etarra que se erigió, por méritos propios, en uno de los terroristas más crueles de la banda asesina, cuenta los días que le restan para disfrutar del régimen de semilibertad. Será posiblemente en Navidades cuando el asesino, entre otros, de Miguel Ángel Blanco, Fernando Buesa o Gregorio Ordóñez salga de la cárcel, pues ha cumplido más de la mitad de su condena de 30 años (de un total de 500 años) y tiene dos hijos, lo que le otorga suficientes puntos de «arraigo» para que la Consejería de Interior del Gobierno vasco revise su grado y le permita salir a la calle.

Para hacerse idea de quién es Txapote basta recordar su enfrentamiento verbal en pleno juicio en la Audiencia Nacional con la juez Ángela Murillo: el etarra fue esposado y confinado en la jaula de cristal de la sala mientras reivindicaba a ETA y mandaba «al carajo» a todo el tribunal. Minutos antes, ante la viuda de José Javier Múgica, sonreía cuando la mujer recordaba los detalles más crueles de aquel asesinato: escuchó una bomba, se asomó a la ventana, vio la furgoneta de su marido ardiendo, al tiempo que este se bajaba del vehículo y caía desplomado en llamas, ya muerto. Este es Txapote, el sanguinario etarra objeto de la infinita magnanimidad de un Gobierno que ha unido su destino político al de los herederos de una banda de asesinos. Y se nota: Txapote ya ha logrado su propósito de ser trasladado al País Vasco. A partir de ahora, todo serán para él ventajas. Conmueve recordar el testimonio de la viuda de Múgica y la risa de hiena de este asesino que pronto volverá a pasearse por las mismas calles que dejó cubiertas de sangre inocente.