Esa inquisición de la izquierda facha

Inquisición izquierda
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

«Lo monstruoso de la actual inquisición es que no ataca la moral de algún libro, proyecto, drama, cuadro o similares, sino que va directa a la yugular del autor, de tal modo que no hay posible beneficio secundario en la venta de sus obras, sino súbita destrucción de la persona física, de su honra o de sus posibilidades de trabajo… No sé si se observa adecuadamente la diferencia entre la censura opresiva de la burguesía del ochocientos y el malvado fusilamiento sin juicio de aquellos que son señalados por los fariseos de la izquierda española actual…». 

Lo escribe Félix de Azúa, uno de los intelectuales más preclaros a la par que valientes de la actual hora española, que prosigue: «La presión en esa dirección es tan intensa y agobiante que está produciendo que los señalados y los que están a punto de serlo se revuelven en defensa de sus libertades, su honra y su honor».

Se sorprende el miembro de la RAE de este hecho descriptible en nuestros días. Se sorprende bien, quizá ingenuamente teniendo en cuenta la luz de la historia en la izquierda, y se podrá sorprender aún más si el pueblo maniatado y adormecido persiste en el error de creerse todo lo que lee en determinados medios y elevar a categoría de verdad lo que difunde RTVE, esto es, si la democracia no es capaz de poner cota al desvarío de una izquierda moralista y asfixiante que te ordena hasta el color del pijama. Desde el poder lo único que han demostrado es capacidad para prohibir, amenaza y cancelar.

Tienen un serio problema con las libertades. Bueno, en realidad el problema lo tenemos aquellos ciudadanos libres y sin ataduras, no dispuestos a tragar diques de cemento y mucho menos a marcar el paso de la oca. Son maestros fachas que practican con fruición la cultura de la cancelación (de estos en RTVE saben mucho) y se conducen como aventajados alumnos goebbelianos a la hora de destruir carreras y haciendas.

El facherío de izquierdas tiene señas de identidad propias: unos a otros se reconocen y se guardan la silla en las tertulias, las cátedras universitarias y los espacios culturales. Se les identifica a vista de pájaro y se les puede denominar a la hora de deglutir el alpiste. 

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