Elecciones anticipadas contra Podemos

Elecciones anticipadas

En las elecciones municipales de 2015, Izquierda Unida (IU) consiguió 460.230 votos y 1.038 concejales, unos resultados que ya eran muy malos, porque cuatro años antes habían logrado 1.437.061 votos y 2.249 concejales. En 2019, Unidas Podemos bajó un poco respecto a los resultados de IU en 2015, hasta los 364.370 votos y 461 concejales; pero el pasado domingo 28-M el batacazo fue absoluto, obteniendo tan solo 133.234 votos y 392 concejales. Unos resultados nunca vistos por los herederos del Partido Comunista y que han sido calificados por ellos mismos como «tragedia», en palabras de su portavoz, Pablo Echenique. Y en las autonómicas les ha ido igual de mal, ya que en las comunidades en las que se ha votado han bajado de 47 a 15 diputados autonómicos, desapareciendo de tres parlamentos regionales y perdiendo cinco de los seis Gobiernos de coalición en los que estaban presentes.

Los resultados tampoco han sido buenos para los socios de Yolanda Díaz en su plataforma Sumar, pero ni punto de comparación con la debacle de Podemos. De hecho, Más Madrid ha mejorado sus resultados en la Comunidad de Madrid, subiendo de 24 a 27 diputados, donde sigue siendo el segundo partido más votado; lo mismo que en el ayuntamiento, donde los de Rita Maestre han bajado de 19 hasta 12 concejales, pero es que Podemos ni siquiera ha entrado en el consistorio. El resto de socios de Yolanda Díaz también han bajado, pero de una forma muchísimo más moderada que los morados. Ada Colau, por ejemplo, ha perdido sólo un concejal y mantiene opciones de revalidar su puesto mediante pactos. Y en Valencia los de Compromís tampoco se han descalabrado, Joan Ribó ha perdido un concejal en el ayuntamiento y Baldoví sólo dos en la comunidad. Objetivamente, a los socios de Yolanda Díaz les ha ido infinitamente mejor que a las marionetas de Pablo Iglesias.

Está claro que esta diferencia en los resultados de ambas formaciones de extrema izquierda es la que ha provocado que su reacción ante el anuncio de adelanto electoral haya sido tan diferente. Yolanda Díaz sólo ha dicho que asume el reto y se pone a trabajar, mientras que Izquierda Unida ha emitido un comunicado en el que anuncia que pone a su disposición «toda nuestra capilaridad territorial, nuestra representación y nuestra capacidad organizativa», para dejar claro que no necesitan para nada a Podemos. Mientras que los morados llevan 24 horas apelando desesperados a la unidad. Su secretaria general, Ione Belarra ha hecho unas breves declaraciones para decir que ellos van a «trabajar por la unidad». Su portavoz Pablo Echenique ha dicho que ellos van a «trabajar con humildad por la unidad». Juan Carlos Monedero arremete contra los errejonistas y clama contra «tanta división absurda». Mientras que su guerrilla digital incendia las redes sociales para tratar de presionar a los de Yolanda Díaz.

El mejor análisis de la personalidad de Pedro Sánchez lo hizo Rosa Díez, aplicándole lo que la psicología define como la tríada oscura: maquiavelismo, narcisismo y psicopatía. Cualquiera de sus acciones debe interpretarse en la medida que seamos capaces de averiguar cómo él piensa que le va a beneficiar personal y egoístamente. Hace poco más de un mes, Jordi Évole le preguntó a Yolanda Díaz: ¿Quién es más killer, Pedro Sánchez o Pablo Iglesias?, a lo que ella respondió: «Entre los dos se entienden bien». El presidente del Gobierno ha demostrado sobradamente que no le importa nada ni nadie, que no tiene escrúpulos, es inmune a las hemerotecas y, como muy bien dijo Pérez Reverte, «los ha matado a todos, y a los que no ha matado los va a matar». Si ha adelantado las elecciones al 23 de julio es exclusivamente porque en algo él piensa que le beneficia a él; no a España, ni siquiera al PSOE, sino sólo a su persona.

La mayoría de los analistas dice que con este adelanto electoral Sánchez ha evitado una rebelión interna de los barones socialistas, que podrían intentar hacerle responsable de sus malos resultados electorales. Pero hay que tener en cuenta que, viendo como lo habían defenestrado en octubre de 2016, en aquel Comité Federal en el que los suyos fueron sorprendidos metiendo votos en una urna detrás de una cortina, para intentar convocar un congreso extraordinario en el que evitar que lo echaran; Pedro Sánchez ganó las primarias de mayo de 2017 y comenzó a manejar el partido con mano de hierro, configurando una Ejecutiva Federal de su absoluta confianza y reduciendo al mínimo las facultades del Comité Federal. De forma que ahora Sánchez tiene al PSOE en su mano y los barones no manejan opciones reales para acabar con él.

Sánchez ha convocado estas elecciones anticipadas porque cree que puede acabar con sus socios de extrema izquierda. A Podemos lo va a pillar en su peor momento, cuando tiene unos resultados que son menos de la tercera parte de los peores que ha obtenido nunca Izquierda Unida. Por su parte, Yolanda Díaz sólo cuenta con la infraestructura de IU, no le ha dado tiempo a formalizar sus alianzas con otros partidos, pero tiene clarísimo que tiene que resistirse a ser dominada por los de Pablo Iglesias, que ya están obligados a olvidar su pretensión de imponerle unas primarias en las que ocupar los mejores puestos gracias a que disponen de unas bases mejor organizadas. Es muy probable que la unidad que tanto desean los morados no llegue a producirse, pero de serlo, solamente podrá ser cediendo las mejores posiciones a Yolanda Díaz y los suyos. Sánchez, que es un killer maquiavélico, narcisista y psicópata, cree que puede acabar con todos ellos enfangándolos en batallas internas que no les dejen levantar cabeza y que así él pueda arrebatarles sus votos, presentándose como el único representante de la extrema izquierda capaz de parar a las derechas, con el respaldo de proetarras y golpistas. Y le puede salir bien.

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