Los delirios del déspota
¿Pero por qué no habla una mujer tan reputada como imputada? ¿Acaso Begoña Gómez no tiene nada que esconder? Cayetana Álvarez de Toledo conoce lo que callan los okupas de la Moncloa: «Tengo la impresión de que en algunas mentes febriles-zapateriles valoran la posibilidad de plebiscitar las próximas elecciones generales, es decir, para que no elijamos Gobierno, sino Régimen. Entre la monarquía parlamentaria que ellos llamarían fachosa-franquista, ellos prefieren un Frankenstein descosido de repúblicas identitarias más o menos enfrentadas eso sí con Sánchez de presidente perenne. Están jugando con poner en jaque a la propia monarquía parlamentaria. Por eso digo que estamos en una encrucijada existencial para la nación constitucional, en una encrucijada para el propio sistema democrático. Sobre los escombros del procés catalán, blanqueado, Sánchez ha levantado un nuevo proceso, el de Sánchez -y esto es clave que lo entendamos- ese proceso, pasa por la derogación de la democracia y su sustitución sin contrapoderes, es decir, sin alternancia política. Sánchez, aspirante a Caudillo -por la gracia de Puigdemont- pretende perpetuarse en el poder como sea. Incluso, insisto, a costa de nuestro sistema democrático. Y aquí aparece otro documento clave que no debemos olvidar nunca.
Me refiero a esa maravillosa «Carta a la ciudadanía» del 24 de abril de 2024. Sánchez se coge una baja de cinco días por victimismo, puro teatro, estudiado simulacro, y al volver anuncia oficialmente un ataque total contra los contrapoderes del Estado: justicia independiente, prensa libre y oposición. ¿Cuál es su único objetivo? Acallar cualquier crítica, ilegalizar la discrepancia, evitar que la justicia frene la amnistía, de la que depende para seguir en el poder y evitar que la justicia investigue a su gobierno, a su partido, a él y a su mujer. Sánchez quiere una democracia en la que el gobierno no tenga límite, ni restricción, una fake democracia, por decirlo de alguna manera, en la que el gobierno no esté fiscalizado ni por tribunales ni por medios ni por otros partidos, una democracia hueca, una democracia de cartón piedra. A los españoles nos costó mucho recuperar la democracia: 40 años, más el esfuerzo, la inteligencia y la generosidad de una generación extraordinaria y no vamos a renunciar a ella. Vamos a defenderla con las uñas de las urnas y los dientes de nuestra militancia democrática. Ni Puigdemont es un demócrata, ni Begoña Gómez es una institución, ni Sánchez es el Estado. No vamos a aceptar un nuevo dictador». (De su mitin con el PP).