Del sorpasso a la pesadilla

Las encuestas internas que manejan en Génova 13 han pasado de certificar el sorpasso a meter el miedo en el cuerpo a los populares. Los números son concluyentes: Unidos Podemos superaría ampliamente los seis millones de votos a una semana de que se celebren las elecciones generales del 26 de junio. De hecho, podría situarse incluso como la fuerza más votada de seguir con su tendencia al alza. El partido de Pablo Iglesias aún tendría margen de mejora si, como se espera, hay una gran participación el próximo domingo. La formación morada aglutinaría más del 26% de los votos de acuerdo a esos datos. La traducción en escaños sería impactante, ya que la horquilla se situaría entre los 95 y 100 diputados. Incluso, podrían conseguir más, dependiendo del reparto delimitado por la Ley D’Hont en las pequeñas poblaciones. La unión con Izquierda Unida y el hundimiento del Partido Socialista son las claves.

Los populistas conseguirían un espectacular aumento de 30 escaños y más de un millón de votos con respecto a los comicios del pasado 20 de diciembre. Ni en los mejores sueños de Iglesias y Garzón habrían imaginado una situación así a menos de una semana del 26J. No obstante, estos resultados aún podrían sufrir una desaceleración. Todo dependerá de la capacidad que tenga el Partido Popular para movilizar a su electorado. En una campaña totalmente polarizada, la alta participación que se espera el próximo domingo también podría favorecer al PP. En todo este baile de cifras previas, los dirigentes de Génova 13 confían en recuperar a sus votantes desencantados. Especialmente en las zonas rurales y menos pobladas, donde los escaños se decidirán por un puñado de sufragios. Muchos de ellos son parte de ese voto oculto que puede ser fundamental para frenar a los populistas y decantar las elecciones hacia el lado de Mariano Rajoy. Sin embargo, estas últimas cifras han desatado el pánico en la sede nacional del PP. La amenaza extremista de Podemos no deja de crecer a pesar de la radicalidad de sus postulados, la salvaje subida de impuestos que proponen y la alargada sombra de sospecha que se posa sobre su financiación.