El ‘contrato por la cara’, última aportación del sanchismo al mercado laboral

Ábalos

Hace falta tener la cara de cemento armado para presumir de «política cero con la corrupción» y contratar por la cara a la novia del entonces ministro de Transportes José Luis Ábalos, responsable máximo de la empresa pública Ineco que metió en nómina a Jésica Rodríguez sin necesidad de tener que ir a trabajar. De eso presumía Ineco: de ser inflexible con la corrupción. En concreto, la memoria de 84 páginas correspondiente a 2019, año en que fue enchufada Jésica, incluyó un apartado titulado «Integridad, Transparencia y buenas prácticas».

Aquí, en la página 30 del documento, dentro de las normas que regían el «comportamiento ético de la empresa» con los grupos de interés, la compañía sacaba pecho de su «política de responsabilidad corporativa, código de conducta, política de tolerancia cero con la corrupción, política de transparencia y veracidad en la información, y política de regalos». Apoteósico.

Digamos que el procedimiento de selección no distó mucho del empleado con el hermano músico de Pedro Sánchez. Se les contrata por recomendación, se les paga con dinero público, y no se les exige siquiera acudir a su puesto de trabajo.

Según su testimonio del jueves ante el Tribunal Supremo, Jésica fue colocada en esta empresa para trabajar junto al hermano de Koldo García, Joseba García, después de mandar su currículum al ex ministro Ábalos. Su contrato laboral de carácter temporal en Ineco trascurrió desde el 1 de marzo de 2019 hasta el 28 de febrero de 2021. Pero tampoco sabía dónde estaba su oficina, igual que David Sánchez.

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