Las consecuencias de la gestión de Sánchez

Las consecuencias de la gestión de Sánchez
Las consecuencias de la gestión de Sánchez

Las acciones tienen consecuencias. Por eso, es muy importante contar con buenos gestores, que estén formados y capacitados para los cargos que ocupan. Si eso es esencial en cualquier compañía, en cualquier entidad, en cualquier empresa, cómo no va a serlo en la presidencia del Gobierno. Sin embargo, en España tenemos ese problema: el presidente Sánchez ocupa un puesto que le viene grande. Resiste porque aritméticamente tiene los apoyos de la amalgama que respaldó la moción de censura, porque esos soportes saben que nunca van a tener a alguien más débil que él en la presidencia del Gobierno. Por otra parte, ha sobrellevado la situación primero por la inercia de la buena herencia económica recibida del PP, y en segundo lugar, por la anestesia de los fondos europeos en todo el episodio de la pandemia.

Sin embargo, Sánchez ha desperdiciado el tiempo: en lugar de hacer reformas, las deshacía, como la reforma laboral; en lugar de bajar el gasto, reducir el déficit y disminuir la deuda, los aumentaba; en lugar e bajar impuestos, los incrementaba; en lugar de mejorar la seguridad jurídica, creaba incertidumbre; en lugar de procurar una energía asequible, ha provocado su incremento por negarse a hacer una transición racional, empleando la energía nuclear y el fracking.

Con todo ello, la economía española está en una situación muy complicada, cuyo único responsable es quien lo niega: Sánchez. Sánchez ha hecho que la economía viva por encima de sus posibilidades desde que él está al frente del Gobierno, con mucho más gasto, déficit y deuda. Durante todo ese tiempo ha habido mucho dinero del Banco Central Europeo, que no se ha aprovechado para lo que se emitió: reducir el gasto, el déficit y la deuda y hacer reformas que permitiesen que aumentase la prosperidad de familias y empresas.

El gasto derivado de la pandemia, en lugar de que fuese temporal lo ha convertido en permanente, de manera que el endeudamiento español ha crecido. Él jugaba con que el BCE siempre iba a respaldar. Imagino que piensa que España es muy grande como para que la dejen caer, por su impacto en el euro, y tiene razón, pero la UE le exigirá duros ajustes por su mala gestión.

Ahora que el BCE ha decidido dejar de comprar bonos e iniciar una subida de tipos, ha vuelto la prima de riesgo de los países que no han ajustado el gasto y que no han disminuido el endeudamiento, entre ellos, España. Sánchez, de la noche a la mañana ha visto la realidad del problema que ha creado, que ha intensificado. Ha tenido que rescatarlo el BCE, con el anuncio de un mecanismo que mitigue el incremento de la prima de riesgo de España, entre otros países, para calmar a los mercados, pero el problema subsiste.

O hace reformas ya, deja de gastar y vuelve a la senda de estabilidad presupuestaria o las dificultades por las que pasará la economía española serán muchas. Aunque sólo fuese por egoísmo, él debería pensar que un año y medio con esta situación -que es lo que le resta de mandato si no convoca antes- es mucho tiempo como para poder resistir con las familias que no pueden encender el aire acondicionado o la calefacción porque no pueden pagar el recibo de la luz, que no pueden llenar el depósito del coche, que cada vez pueden comprar menos productos en el supermercado y que con la subida de tipos van a poder consumir menos, porque tendrán que pagar más todos los meses por su hipoteca.

Las consecuencias de separarse de la ortodoxia económica son éstas: la política monetaria que se adopta en función de la media de la eurozona puede perjudicar a quien no cumple las normas, como le pasa ahora a España. Eso los mercados lo penalizan y exigen más rentabilidad porque asumen un mayor riesgo.

A Sánchez se le ha acabado el espejismo que había montado sobre el gasto público desmedido financiado por el BCE y se encuentra con la dura realidad, de manera que va a dejar una economía mucho más pobre que la que recibió. Una vez más, se cumple la afirmación de Thatcher que decía que “el socialismo fracasa cuando se le acaba el dinero de los demás”. Urge, cuanto antes, que haya elecciones para poder olvidarnos de Sánchez y de su catastrófica gestión.

Lo último en Opinión

Últimas noticias