Opinión

A Begoña Gómez sólo le falta apoyar la ‘ley Begoña’

No deja de resultar un sarcasmo que alguien que hizo carrera en la Complutense -una cátedra y dos másteres- pese a no tener siquiera una licenciatura, haya reaparecido en redes sociales para advertir de los «riesgos globales», entre los que -como también hace su marido, Pedro Sánchez- destaca la «desinformación». Caramba, alguien que es el epítome mismo de lo fake dando lecciones de democracia, siguiendo el manual desplegado por el Gobierno de su esposo. Alguien que como Begoña Gómez arrastra cuatro imputaciones por los delitos de tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo, se permite dar lecciones de ética y moral públicas, alertando contra los riesgos de la «desinformación».

Begoña Gómez no está siendo investigada como consecuencia de las «desinformaciones» de los medios, sino porque medios como OKDIARIO vienen denunciando desde hace años las irregularidades en torno a su cátedra y másteres en la Complutense. Lo único que le falta a Begoña Gómez  es apoyar la ley del PSOE  con la que pretende impedir las acciones populares como las que dieron inicio a los casos que le afectan directamente a ella. Es natural. Si la ley sale adelante, sería la única manera de librarse del cerco de los tribunales de justicia. Que la mujer de Pedro Sánchez se haga eco del Informe de Riesgos Globales, elaborado por el Foro Económico Mundial y que sitúa la «desinformación» -junto a los conflictos armados de origen estatal, los fenómenos meteorológicos extremos, la confrontación geoeconómica y la polarización social- como los grandes «riesgos globales» es un solemne ejercicio de hipocresía. Porque con independencia de cuál sea su horizonte penal, una cosa está meridianamente clara: hay cosas que la mujer del presidente del Gobierno no puede hacer. Entre ellas, la de servirse de su condición de mujer del presidente para hacer negocios privados desde la Moncloa, que es, por cierto, la mayor fábrica de bulos y desinformación de España.