Y Begoña, ¿dónde está?

Begoña
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

¿Está asustada ante la decisión final del juez Peinado? ¿No puede salir a la calle después de sus abusos con dinero público al grito de «soy la mujer del presidente»? ¿Dónde está Begoña Gómez? ¿Acaso la bienamada catedrática de la Universidad Complutense (¡toma sector público!) está corrigiendo los exámenes finales?

Andan inquietas las redes sociales ante la ausencia de su cuerpo mortal. Unos, los más aviesos, sitúan a la señora presidenta en las largas y finas playas del Caribe dominicano; otros, los más perversos, entienden que esté deprimida y no sepa por dónde tirar.

Es lo que tiene haber abusado de un poder que no le corresponde. Porque, independientemente de las decisiones de la Justicia, lo cierto es que abuso hubo. Y mucho. Creíamos que estas cosas de «no sabe usted con quién está hablando» eran cosas de otros tiempos, cosas propias del facherío de pulserita y chaleco… Resultó que a ninguna esposa de ningún primer ministro habido en democracia, es decir, desde hace medio siglo, se le ocurrió montar diferentes chiringuitos desde el Palacio de La Moncloa, utilizando los dineros y poderes que el Estado garantiza sólo para asuntos públicos y de interés general.

Independientemente, insisto, de lo que sustancien finalmente los legajos judiciales, el hecho ético/político es que doña Begoña Gómez, que sólo quería ganarse unos eurillos, va a pasar a la historia. Historia negra, of course. La mujer que consiguió que su marido, el presidente, se largase una semana a reflexionar engañosamente sobre la vida y la muerte, el trabajo político y los negocietes privados que, además de todo, le pagaron o pagan unos contribuyentes atribulados y esquilmados por su mano.

Supongo que a no tardar volveremos a tener a doña Begoña, la de las saunas familiares, en las portadas de la prensa. De lo que no dudamos es que volverá a los juzgados protegida por el aparato del Estado. ¿Por qué esa consideración? Porque es progre, salta con jolgorio cada 8M, es muy del pueblo y ella lo vale.   

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