Atentado contra la libertad de información

Atentado contra la libertad de información
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Representa un atentado en toda regla contra la libertad de información que agentes de la Ertzaintza impidan que un periodista realice su trabajo con el totalitario argumento de que “vienes a provocar”. Es lo que ocurrió con el
periodista de OKDIARIO Cake Minuesa, al que un grupo de policías autonómicos vascos se llevaron a empujones y rodillazos cuando trataba de preguntar al ministro Iceta sobre el traspaso de las competencias en Prisiones al País Vasco, última cesión de Pedro Sánchez al nacionalismo para garantizarse el apoyo del PNV al Gobierno socialcomunista.

El comportamiento más propio de matones de los ertzainas, que forman parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, es intolerable y merece que se abra con carácter de urgencia una investigación para depurar responsabilidades. Si la policía autonómica se lleva por la fuerza a un informador con la excusa de que “vienes a provocar”, cualquier periodista, de cualquier medio, puede ser víctima de la actitud censora de cualquier policía que se arrogue la condición de verificador del trabajo de los medios.

Por supuesto que ese no es el comportamiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, razón de más para que la Consejería de Interior del Gobierno vasco abra una investigación. Y si no lo hace será responsable de lo ocurrido.

Utilizar a una policía autonómica como policía de partido es propio de regímenes totalitarios. No estaría de más que el Gobierno condenara lo ocurrido. Y si todo obedece al exceso de celo de unos agentes incapaces de entender que su papel no es el de ir contra la prensa, sino precisamente el de facilitar su trabajo, la solución es muy fácil: el Gobierno vasco expresa su rechazo más enérgico a lo ocurrido y expedienta a los ertzainas. Si no lo hace OKDIARIO tendrá motivos más que fundados para pensar que los agentes cumplían órdenes y que todo obedecía a un intento de que este periódico no pudiera cumplir con su obligación de informar.

Lo ocurrido representa un atentado a la libertad de información que este periódico no está dispuesto a tolerar. Y cuando decimos que no estamos dispuestos es que no cejaremos en nuestro empeño de defender el derecho de nuestro compañero a ejercer su trabajo y de denunciar lo ocurrido a través de los cauces de la información y la justicia. Cueste lo que cueste. Ante el matonismo, ni un paso atrás. Ni con 100.000 rodillazos.

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