El ascenso de CHEGA en Portugal lanza un aviso al PP

Portugal ha celebrado las terceras elecciones parlamentarias desde 2022 y no cabe esperar que la inestabilidad del país haya concluido. Como en el resto de Europa, el visitante inesperado ya ha entrado en el salón donde hacían negocios las dos familias de caciques que se repartían la ciudad política.
El primer ministro, Luis Montenegro, de la derecha centrada, que allí se llama Partido Social Demócrata, cabeza de la coalición Alianza Democrática, tiene un tercio de los votos, pero sólo ha aumentado su grupo parlamentario en seis escaños, de 80 a 86. El PSP, el mayor partido de la oposición, acelera su decadencia, que le lleva de 120 diputados en 2022 a 58. Su candidato y secretario general, Pedro Nuno Santos, ha dimitido.
La sorpresa es CHEGA, el partido de derecha nacional dirigido por André Ventura y asociado a Patriots en el Parlamento Europeo, junto con VOX. En 2019, Ventura entró en la Asamblea con un único escaño y 68.000 votos; ahora, con él, hay otros 57 diputados, que han reunido casi 1,4 millones. ¡En seis años! Y a punto ha estado de rebasar a los socialistas, que al final han aventajado a CHEGA en unos 50.000 sufragios.
Las victorias de Ventura y Montenegro tienen más mérito cuanto se producen con una alta participación, de casi un 65%, cuando en 2022 ésta fue de un 52% y en 2024 del 59%.
La Asamblea portuguesa la forman 230 diputados y, además de los tres grandes partidos mencionados, hay otros seis que se reparten los otros 28 escaños. La mayoría en la Cámara la forman 116 y Montenegro no se acerca a ella ni sumando a los liberales y otros centristas. Desde abril del año pasado, ha gobernado en minoría hasta que una moción de censura presentada por CHEGA debido a la confusión entre sus negocios familiares y su cargo, tumbó su Gobierno y el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, optó por convocar elecciones.
A Rebelo de Sousa y a Montenegro, ambos del PSD, se les presenta un dilema: ¿nuevo gobierno minoritario o una coalición? En 2024, Montenegro se negó a un acuerdo con CHEGA y calificó a Ventura, como suele ser habitual, de demagogo, xenófobo y racista. Ahora ha hecho lo mismo, pero la diferencia es que CHEGA sigue subiendo, mientras que el PSP mengua.
Aunque ya nos ha mostrado Sánchez que se puede gobernar incumpliendo la constitución nacional, mediante decretos y decretos-ley, comprando votos en el Parlamento y ocupando las instituciones con siervos, los gobiernos minoritarios sólo pueden mantenerse unos meses. Entonces, Montenegro podría trasladar a Portugal la fórmula de la gran coalición que acaba de imponerse en Austria y en Alemania entre el partido de centro-derecha y el partido socialista.
Haga lo que haga, su decisión influirá en España. Si pacta con los socialistas, alimentará las sospechas de que Núñez Feijóo negociará con el PSOE; y si pacta con CHEGA, las de un acuerdo con VOX. ¡El drama del centro!
Otro punto de interés es el de la movilización del censo. Aquí contamos que las pasadas elecciones parlamentarias en Canadá las ganó el banquero globalista Mark Carney apelando a la independencia nacional frente a los ofrecimientos de Donald Trump de recibir a su país como estado número 51 de Estados Unidos. El patriotismo, concluíamos, era un sentimiento más movilizador que la multiculturalidad, incluso en sociedades tan fragmentadas como la canadiense. En el mismo sentido, las elecciones portuguesas nos dejan una conclusión similar.
El domingo 18 de mayo, con la mayor participación registrada desde 1995, la cual fue de doce puntos más desde la última victoria del PSP, en 2022, ha ganado la no-izquierda. La suma de los votos de la coalición de Montenegro, el CHEGA de Ventura, la Iniciativa Liberal de Figueiredo y los restos de descontentos del centro-derecha, rebasa el 60%. En cambio, las izquierdas (socialistas, comunistas, ecologistas y similares) no alcanzan ni un 29%.
Portugal ha sido el país europeo occidental donde las izquierdas han gozado de más popularidad, por encima de España. En las elecciones de 2022, el socialista Antonio Costa obtuvo un resultado nunca conseguido por Sánchez en las cinco elecciones en que se ha presentado como candidato del PSOE: 41% del voto y mayoría absoluta en la Asamblea.
El resultado refuta la creencia de los dirigentes y consultores del PP de que la única manera de ganar al PSOE es introduciendo el desánimo a sus votantes. Las posibilidades de triunfo, aseguran, serán mayores cuanto menor sea la participación. Y, añaden, la derecha (o el centro centrado) nunca es ni será mayoritario, porque España dobla a la izquierda hoy y para siempre. En esta supeditación a la izquierda, se busca más los editoriales amables de El País que una campaña estimulante.