‘El Martillo de Medianoche’ de Trump y el de ‘todo el día’ de Sánchez

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Comienza una semana en la que no faltan noticias que requieren nuestra atención por su importancia, tanto de nivel nacional como internacional, así como alguna muy entrelazada entre ambos ámbitos.

En el nacional, como no podía ser de otra manera, la pantalla esta copada por Sánchez y la crisis desatada por la corrupción que le rodea por «tierra, mar y aire», descripción muy a tono con la preocupación creada en torno al bombardeo de EEUU sobre la República Islamista de Irán para destruir las instalaciones donde estaría produciéndose el uranio necesario para su armamento nuclear.

EEUU, por medio de su vicepresidente J.D. Vance, ha sido muy explícito y preciso al respecto: «No estamos en guerra con Irán. Estamos en guerra con su programa nuclear». La cuestión es si Irán y sus principales aliados lo consideran así y, en cualquier caso, China y Rusia no parece que vayan a pasar de las declaraciones de condena a la acción militar, ni contra Israel ni por supuesto contra EEUU, por este motivo.

El arma nuclear es demasiado seria como para frivolizar acerca de eventuales respuestas a esta acción por parte de Trump, que pretende impedir que un país y un régimen político como el de los ayatolás en Irán acceda a su posesión.

Es evidente que Israel no puede permanecer impasible ante la amenaza existencial que le supondría que ese objetivo iraní se hiciera realidad, y su estrecha alianza con Washington -y con Trump en La Casa Blanca muy especialmente- ha cristalizado en esta operación Martillo de Medianoche. Operación planeada y ejecutada con un armamento de tecnología punta muy avanzada, y con gran eficacia, diez días después de que se iniciara la operación militar por parte de Israel para neutralizar preventivamente una eventual respuesta defensiva tierra-aire por Irán ante esta importante operación.

Las bases militares estadounidenses por el mundo que reúnen a unos 45.000 efectivos son objetivo de los proxis iraníes -Hezbolá, hutíes y Hamás-, al igual que también lo son sensibles lugares e instalaciones de Israel.

En el ámbito nacional, y entrelazado con este internacional, el doctor Sánchez sorprendió al personal con una comparecencia «ante los medios de comunicación» a las seis de la tarde de este domingo, ante una sala vacía, para anunciar que el secretario general de la Alianza Atlántica había acusado recibo de su misiva exponiendo su negativa a incrementar el gasto en Defensa al 5% del PIB que exige Trump para cofinanciar la Alianza.

Desde luego, la carta de Rutte no parece que diga exactamente eso, sin perjuicio además de no tener competencia para tal decisión, que está en manos del Consejo cuya cumbre comienza este martes en La Haya. Todo excesivamente teatral para distraer la atención de su insostenible situación política, y aparentar un liderazgo inexistente a nivel nacional y sin necesidad de más comentarios a nivel internacional.

Sánchez debe creer que él «es España», escribiendo cartas fijando posición por sí y ante sí en cuestiones que sin duda son política de Estado. El precedente de su carta al Rey de Marruecos sobre el Sáhara es relevante a estos efectos. Ahora se permite hacer lo mismo en materia de Seguridad y Defensa, sin hablar con la oposición y marginando al Congreso de los Diputados, sede de la soberanía nacional.

Por algo ya dijo que estaba dispuesto a «gobernar al margen del Legislativo», reflejo de su vocación autocrática. Y, por cierto, podría decirle a Rutte que no tiene Presupuestos desde 2023, no teniendo aprobados ningunos en esta legislatura y sin capacidad tampoco de tenerlos.

Es una patética situación la suya, que proyecta al exterior una imagen lamentable de España, con una daño reputacional que va a afectar gravemente incluso a nuestras expectativas de crecimiento económico, por la inseguridad e inestabilidad institucional que conlleva.

La semana, que comienza con especial preocupación internacional por el Martillo de Medianoche, para el sanchismo no comienza más tranquila precisamente, sino todo lo contrario con la comparecencia de este lunes en el Tribunal Supremo de Ábalos y Koldo, a la que seguirá la de Cerdán el próximo lunes. La posibilidad de que acaben por seguir el camino de Aldama de colaborar con la Justicia mantiene al sanchismo con respiración asistida. Y al PSOE arrastrado en el lodazal de la corrupción.

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