Carmena se va a cargar el comercio y la restauración

Carmena se va a cargar el comercio y la restauración
Manuela Carmena es la alcaldesa mejor pagada de España —más de 102.000 euros—, pero ni eso le da para desarrollar una sola iniciativa que redunde en el bien general de Madrid y de los madrileños. En su cruzada contra los conductores, no sólo ha limitado el número de coches en la capital, además ha reducido la velocidad en el 85% de las calles a 30 kilómetros por hora. Algo que imposibilitará la circulación, especialmente en el centro, con el consiguiente perjuicio para los consumidores y, sobre todo, para comerciantes y restauradores. Ahora Madrid, la marca blanca de Podemos en la capital de España, habla de propiciar y “construir” una ciudad “más sostenible”, pero mientras lo intenta, lo que va a ser insostenible son los trabajos y negocios de miles de personas, mermados por estas decisiones.
Muchos ciudadanos cejarán en sus intenciones de ir al centro de la urbe por la imposibilidad de dejar el coche. Algo que redundará en un menoscabo para los diferentes sectores del negocio local, afectados ya de por sí por ocurrencias como cortar la Gran Vía. Resulta comprensible que, tanto el sector del comercio como el de la restauración, estén muy descontentos por la gestión de la alcaldesa. A la limitación de los horarios y la dificultad de mantener las licencias que este equipo de gobierno está poniendo, hay que unir la dificultad innecesaria que Ahora Madrid está poniendo para acceder al centro de la ciudad.
La política de parquímetros tampoco ayuda. A pesar de que muchos de los componentes actuales de Ahora Madrid hicieron casus belli contra el Servicio de Estacionamiento Regulado (SER), ahora que están en el poder lo utilizan con claro fin recaudatorio, algo que también disuadirá a miles de personas de ir a la zona centro. De nuevo, otro sesgo donde la teoría dista mucho de la realidad y que afecta a comerciantes y restauradores. Carmena está armando de razones a los madrileños para cambiar el color político del Palacio de Comunicaciones en las próximas elecciones locales. Mientras llega ese momento, sólo cabe desear que en el tiempo que les queda de mandato, esta Alcaldía del cambio estropee lo menos posible la economía de la capital más importante de España.

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