Ejemplo nefasto de los técnicos de Hacienda

Ejemplo nefasto de los técnicos de Hacienda

Nunca es conveniente tomar la parte por el todo, pero las palabras del presidente de Gestha, Carlos Cruzado, dejan en muy mal lugar a los técnicos de Hacienda. El presidente del sindicato que los representa ha tenido la ocurrencia de aconsejar a los ciudadanos que compren pisos a través de sociedades interpuestas como hizo Pedro Duque. Una auténtica irresponsabilidad viniendo de un profesional que debería luchar de manera denodada por erradicar cualquier atisbo de fraude fiscal. Delito tipificado en el artículo 305 del Código Penal, potenciado por ese tipo de sociedades y que genera un grave problema para la economía española, ya que supone más de 20.000 millones de euros que se quedan en el limbo cada año.

Esta merma en las arcas públicas equivale aproximadamente al 2,5% de nuestro Producto Interior Bruto (PIB), dinero fantasma que no va —como debería— a la construcción de carreteras, a la optimización de hospitales o a la mejora de recursos en colegios, institutos y universidades. No obstante, y a tenor de los antecedentes de un sindicato tan politizado como Gestha, no es de extrañar la burda justificación con la que Carlos Cruzado ha tratado de disculpar a Pedro Duque. Lo que ahora considera como normal y paradigmático con el ministro socialista, hace sólo un año le parecía motivo de investigación cuando se descubrió que el entonces fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix, tenía una participación del 25% en una empresa de Panamá con un inmueble en España. El criterio de Cruzado, lejos de fundamentarse en hechos empíricos y desarrollos intelectuales, fluctúa según la orientación política.

Cruzado posee, por tanto, uno los perores defectos que, como profesional, puede tener el responsable sindical de los técnicos de Hacienda, actividad que debería regirse por la más absoluta asepsia. Sin embargo, no se puede esperar mucho de un sindicato tan escorado políticamente como para asesorar en política fiscal a Podemos en el año 2014 y llegar al punto de defender al sin vergüenza fiscal de Juan Carlos Monedero. Prueba sobre prueba, queda claro que la beligerancia de Gestha contra el fraude —de la que han presumido históricamente— sólo parece circunscrita a los mandatos del Partido Popular. Llegaron, incluso, a contravenir el auto con el que se imputó a la Infanta Cristina en el Caso Urdangarin al defender las sociedades patrimoniales. Ése es el sindicato que preside Carlos Cruzado y ésa su aportación a una actividad de suma importancia para mejorar la viabilidad del país. Cada fraude fiscal que no se persigue o se justifica es un ataque a todos los ciudadanos que cumplen con el Fisco, especialmente a los que necesitan de manera más perentoria unos recursos de calidad por parte del Estado.

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