Que se enteren: ETA no ha desaparecido

Que se enteren: ETA no ha desaparecido

La cúpula del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) se equivoca al retirar el plus de peligrosidad a 200 espías destinados en el País Vasco y Navarra. ETA no ha desaparecido. Ambos territorios siguen padeciendo la amenaza de la banda terrorista, ya sea a través de la violencia callejera o mediante manifestaciones de antiguos líderes etarras que suenan a amenazas veladas. De ahí que los agentes secretos continúen soportando un contexto de máxima tensión y que, por lo tanto, mermarles el sueldo sea también mermarles la calidad de vida. Algo que puede afectar al rendimiento de un trabajo clave para la seguridad del país.

El Ministerio del Interior ha garantizado la equiparación salarial de Guardia Civil y Policía Nacional con respecto a los cuerpos autonómicos. No es oportuno que los jefes del CNI se descuelguen con este agravio comparativo y dejen a sus profesionales sin 600 euros del sueldo. Especialmente cuando sigue habiendo mucha actividad sensible con respecto a la violencia que durante décadas tuvo secuestrada a la sociedad vasca. Sólo hay que recordar la brutal paliza que recibieron dos agentes de la Benemérita en la localidad navarra de Alsasua por parte de los miembros de la kale borroka. Una tendencia que no ha disminuido y que sigue muy presente en el día a día de la región.

Por no hablar de las recientes declaraciones de David Pla. El que fuera uno de los jefes de ETA dijo que «no lamentamos lo que hicimos» e insistió en que «no hubo consideraciones morales para detener la lucha armada». Con semejantes declaraciones, no se puede dar por desarticulada a ETA. Menos aún cuando el acercamiento de los terroristas encarcelados está encima de la mesa en las distintas negociaciones políticas y de no materializarse —que será lo más probable— sus consecuencias son imprevisibles. Por lo tanto, los agentes del CNI destinados al País Vasco y Navarra deben seguir cobrando su plus de peligrosidad. Es justo dado lo sensible de su trabajo de inteligencia allí y también es un justo reconocimiento a una labor esencial.

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