Puigdemont: soberano del ridículo

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha decidido llegar al principio de su final haciendo el más absoluto ridículo. El mandatario autonómico ha sido capaz de decir de todo y no hacer nada, de cobijarse tras la opaca cortina del silencio en última instancia con tal de ocultar lo que todos suponíamos: hay mucho desequilibrio y poca sensatez debajo de esa cabellera superpoblada e independentista.

Mariano Rajoy lo tendrá complicado ante tal soberano del dislate. Siempre es difícil cuando das con alguien así. Puigdemont no sólo ha hecho de la ilegalidad su forma de gobierno, además ha hecho del ridículo su marca personal. La ley y sólo la ley debe ser el argumento del Gobierno ante semejante político devorado por su personaje.