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Los veterinarios lo dejan claro: el error que cometen todos los dueños de gatos y puede ser fatal

Error con los gatos
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Cuando se trata de nuestros gatos, nos gusta pensar que estamos cuidándolos de la mejor manera posible. Les damos de comer sus croquetas favoritas, les proporcionamos un lugar cómodo para dormir y, por supuesto, les ofrecemos amor y cariño. Pero, aunque estos son aspectos fundamentales en el cuidado de cualquier mascota, hay un error que los dueños de gatos cometen con demasiada frecuencia, y que, según los veterinarios, puede ser realmente fatal para nuestros amigos felinos.

Este error, que a menudo pasa desapercibido, puede tener consecuencias muy serias, que van desde enfermedades graves hasta, en casos extremos, la muerte de la mascota. Los veterinarios advierten que, aunque común, es el culpable de muchas consultas de emergencia y problemas de salud que pueden evitarse con un poco más de información.

El error que cometen muchos dueños de gatos

Uno de los errores más comunes que cometen los dueños de gatos es ofrecerles una dieta inadecuada. Aunque pueda parecer que los gatos son simples en cuanto a su alimentación, en realidad tienen requerimientos nutricionales muy específicos. No basta con darles un plato de comida de cualquier tipo; la dieta de un gato debe estar perfectamente equilibrada para satisfacer sus necesidades de proteínas, grasas, vitaminas y minerales.

Muchos dueños, en su afán de hacer felices a sus gatos, les dan alimentos inapropiados, como restos de comida humana, comida para perros o incluso golosinas sin tener en cuenta sus necesidades nutricionales. Este tipo de errores alimenticios pueden ser fatales para un gato, ya que una dieta deficiente puede provocarles trastornos metabólicos, problemas renales, enfermedades cardíacas y otros problemas de salud graves.

Por ejemplo, la cebolla y el ajo son tóxicos para los gatos, aunque muchas veces los dueños no son conscientes de ello. Estos alimentos pueden dañar gravemente los glóbulos rojos, llevando a una condición conocida como hemólisis, que puede ser fatal si no se trata adecuadamente. El chocolate también es perjudicial para ellos debido a la teobromina, una sustancia que ellos no pueden metabolizar correctamente. Incluso pequeñas cantidades de chocolate pueden causarles vómitos, diarrea, e incluso daños en el corazón y el sistema nervioso.

Otro error alimenticio común es la sobrealimentación. Si bien es cierto que a los gatos les encanta comer, ofrecerles comida en exceso puede llevarlos a la obesidad, lo que a su vez puede provocar problemas de salud como la diabetes o enfermedades articulares.

Huesos

Darles huesos a los gatos puede parecer algo normal, ya que en la naturaleza, los felinos pueden comer huesos como parte de su dieta. Sin embargo, en un entorno doméstico, los huesos presentan varios riesgos. Los huesos cocidos, como los que provienen de pollo o carne asada, pueden astillarse fácilmente y convertirse en fragmentos afilados que pueden dañar el tracto digestivo. Estos fragmentos pueden perforar el esófago, el estómago o los intestinos, lo que resulta en infecciones, obstrucciones intestinales o incluso una cirugía de emergencia.

Los huesos también representan un peligro de asfixia. Los gatos, al igual que otros animales, pueden intentar tragar fragmentos grandes, lo que puede bloquear su tráquea y dificultar su respiración. Incluso los huesos más grandes pueden ser peligrosos si no se supervisan adecuadamente mientras el gato los mastica.

Otro riesgo relacionado con los huesos es que pueden causar estreñimiento. Si un gato consume huesos, puede que no los digiera correctamente, lo que lleva a la acumulación de material en su intestino y provocando bloqueos o malestar abdominal. En casos graves, estos bloqueos pueden requerir atención veterinaria urgente.

Leche

La imagen del gato bebiendo un tazón de leche es una de las más comunes en la cultura popular, pero éste es un mito que puede tener consecuencias indeseadas para la salud del animal. Aunque muchos gatos pueden parecer disfrutar de la leche, la mayoría de ellos son intolerantes a la lactosa, un azúcar presente en la leche. Los gatos adultos carecen de la enzima lactasa, necesaria para descomponer la lactosa en el sistema digestivo. Como resultado, consumir leche puede causarles problemas gastrointestinales, como diarrea, dolor abdominal y gases.

Los gatos que ingieren leche pueden sufrir molestias estomacales y perder el apetito, lo que puede afectar su bienestar general. Además, la leche no es un alimento equilibrado para los gatos y no les proporciona los nutrientes esenciales que necesitan para mantenerse saludables.

En definitiva, el error que cometen muchos dueños de gatos, que parece insignificante pero que puede ser fatal, es no ofrecerles la dieta adecuada y no entender sus necesidades nutricionales. Los gatos tienen requisitos alimenticios muy específicos, y lo que les damos para comer debe ser siempre apropiado para ellos. Evitar darles huesos y leche a los gatos es esencial para asegurarnos de que vivan una vida larga, saludable y feliz, sin riesgos innecesarios para su salud. Por último, es fundamental proporcionarles un entorno saludable que incluya ejercicio, una higiene adecuada y visitas regulares al veterinario.

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