Pododermatitis en gatos: qué es y cuáles son sus síntomas
A continuación, te enseñamos cómo identificar y qué hacer para tratar los síntomas de la pododermatitis en gatos. ¡Sigue leyendo!
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La pododermatitis en gatos es una enfermedad inflamatoria que afecta a las almohadillas y eventualmente las digitales de los mininos. Este proceso inflamatorio involucra principalmente células plasmáticas y linfocitos, y suele hacer que las almohadillas se vuelvan blandas o esponjosas, con grietas e hiperqueratosis. A pesar de ser poco frecuente, puede provocar dolor intenso en nuestros mininos, por lo que debemos estar atentos a sus primeros síntomas.
¿Qué es y cómo se desarrolla la pododermatitis en gatos?
Como decíamos, se trata de una enfermedad inflamatoria linfoplasmocítica que afecta a las almohadillas metacarpianas y metatarsianas de los gatos. Por lo general, se desarrolla en varias extremidades.
Aún no se conocen las causas específicas de la pododermatitis en gatos. Algunas de sus principales características parecen apuntar a una causa inmunomediada, como la respuesta positiva a los glucocorticoides y la infiltración tisular intensa de células plasmáticas.
No obstante, se ha observado que esta enfermedad presenta recidivas estacionales, lo que podría asociarse a un origen alérgico. Además, se cree que el virus de la inmunodeficiencia felina podría ser un disparador o factor de riesgo, ya que se reporta una coexistencia en más del 45% de los casos.
Con menor frecuencia, la pododermatitis felina se asocia con otros problemas de salud, como la amiloidosis renal, la estomatitis plasmocítica o la glomerulonefritis inmunomediada.
Síntomas comunes de la pododermatitis felina
Las señales más comunes son las alteraciones en el aspecto y textura de las almohadillas de los mininos. La pododermatitis primero provoca una leve hinchazón en la zona afectada, la que comenzará a ablandarse. A este proceso se lo conoce como tumefacción blanda.
A medida que el tiempo avanza, las almohadillas se van exfoliando, exudando y pueden aparecer abscesos o úlceras. Si no se proporciona el tratamiento adecuado, el gato puede incluso perder la arquitectura de las almohadillas afectadas.
En los mininos de pelaje claro, es posible identificar fácilmente el cambio de color en las almohadillas, que van adquiriendo una tonalidad violácea. Además, suelen aparecer unas estrías escamosas de color blanco con hiperqueratosis.
Señales menos frecuentes de la pododermatitis en gatos
Ocasionalmente esta enfermedad puede ocasionar síntomas más generales, principalmente cuando no se empieza el tratamiento en el tiempo adecuado. Algunos de ellos son:
- Cojera
- Dolor
- Cansancio constante o letargia
- Sangrado
- Fiebre
- Linfadenopatía
¿Existe tratamiento para la pododermatitis felina?
Felizmente, la respuesta es ¡SÍ! La mayoría de los casos de pododermatitis en gatos, cuando diagnosticada tempranamente, se tratan con éxito con doxiciclina. Se trata de un antibiótico que, generalmente, se utiliza durante 10 semanas, que es el tiempo promedio para restablecer el aspecto de las almohadillas.
En casos más avanzados, se pueden administrar fármacos inmunosupresores y, únicamente cuando las anteriores terapias no surten los efectos deseados, se suele recurrir a una escisión quirúrgica.
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