Cómo tratar la cojera en tu gato
Hay muchas señales de que nuestras mascotas tienen algunos problemas de salud. ¿Cómo se puede tratar la cojera en tu gato? Toma nota de estos consejos.
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La cojera puede ser difícil de detectar en un gato, especialmente cuando es leve. Otras veces la cojera será más visible, en especial cuando mantiene completamente una pata en el aire sin apoyarla. Ya sea que tu pequeño felino tenga un problema para caminar leve o más significativo, debes saber cuál fue la causa que originó la cojera en tu gato. En primer lugar revisa su extremidad y lávasela con un paño ligeramente húmedo. Con esto podrás observar si en sus almohadillas tienen algo clavado o si está lastimado.
La visita al veterinario: diagnóstico de cojera en tu gato
El veterinario le realizará un examen minucioso, partiendo del historial del gato. La edad es fundamental, ya que un felino mayor tendría más causas para no soportar el peso de una pierna que uno joven. Observará también si la pata con dificultad es la trasera o la delantera.
El profesional determinará donde hay más dolor y comprobará si hay irregularidades en los huesos o articulaciones. Puede completar esta revisión con otras pruebas como radiografías y análisis de sangre. Los rayos x seguramente se los realizará bajo anestesia general, esto será para manipular más fácilmente el cuerpo de tu gato sin producir dolor.
Una vez que estén los resultados de los estudios, el veterinario estará en condiciones de dar el diagnóstico que causa la cojera en tu gato. Nos indicará el tratamiento adecuado o lo derivará a un especialista como podría ser un veterinario ortopédico o neurólogo.
¿Qué hacer si tu gato tiene problemas para caminar?
En primer lugar, tu felino necesitará tranquilidad, no se deben molestar, porque incluso puede reaccionar agresivamente. Un gato con dolor puede responder atacando. Es posible que requiera reposo en una jaula o en una caja arropada, que le sea cómoda, que tenga cerca su comida, agua y su caja de arena. Hazle compañía para que entienda que no es un castigo y que solo debe hacer reposo.
Deja que el minino tenga sus objetos preferidos y puedes darle alguna golosina baja en calorías. En especial si en su tratamiento le han indicado algún medicamento. Aunque un gato puede ocultar su dolor, las señales de que algo le sucede puede demostrarlas aullando sin parar o estando más inquieto de lo habitual. Otros síntomas más preocupantes pueden ser fiebre, disminución del apetito, vómitos y letargo.
Recuerda que un gato con dolor intentará esconderse. Si ha estado haciendo esto más de un día es señal de que no se siente bien. Si ya no puede caminar, correr o participar de actividades físicas normales, algo anda mal. Llevarlo al veterinario es indispensable para que pueda volver a caminar con normalidad.
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