El peor error que cometes cuando sacas a pasear a tu perro, según un experto
Pasear a un perro es una de las actividades más placenteras tanto para las mascotas como para sus dueños. Es un momento para disfrutar del aire libre, hacer ejercicio y fortalecer el vínculo entre ambos. Sin embargo, por sencillo que pueda parecer, hay algunos errores frecuenten que afectan al bienestar de sus mascotas y que, con unos pequeños ajustes, podrían mejorar significativamente la experiencia. Chema, un experto en cuidado animal a través de su cuenta de TikTok, señala un error muy habitual que seguro que tú también has cometido alguna vez al pasear a tu perro: tratar el paseo como una rutina puramente física, sin tener en cuenta otros aspectos fundamentales para el bienestar mental y emocional del animal.
Según Chema, muchos perros salen pasear sin tiempo suficiente para olfatear, explorar y disfrutar del entorno a su propio ritmo. El especialista subraya que los paseos no deben considerarse como una obligación para «quemar energía» o mantener al perro en forma, sino que deben ser una oportunidad para que el animal conecte con su entorno y se relaje. Es importante que los dueños comprendan que no todos los paseos deben ser largos ni intensos, y que el bienestar de su perro depende tanto de la calidad como de la cantidad de los paseos.
No cometas este error al pasear a tu perro
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Cuando se habla de pasear a un perro, la mayoría de los dueños suele pensar que la actividad se limita a recorrer largas distancias para que el perro haga suficiente ejercicio. Sin embargo, Chema explica que este enfoque puede ser contraproducente, ya que ignora una necesidad básica de los perros: el olfateo. Los perros utilizan su nariz para conocer su entorno, identificar posibles amenazas, marcar su territorio e interactuar con otros animales. El olfateo es, por tanto, un acto fundamental para su bienestar.
Cuando los perros no tienen la oportunidad de olfatear durante sus paseos, se pierde una parte crucial de la experiencia, y pueden sentirse frustrados o estresados. Esto no sólo afecta su estado emocional, sino también su comportamiento, ya que muchos perros desarrollan problemas de ansiedad o estrés si no se les permite liberar estas energías sensoriales de manera natural. Por eso, Chema señala que un paseo de calidad es aquel que les permite explorar, oler y disfrutar de los olores que encuentran en su camino, tal como lo harían en su hábitat natural.
Calidad V.S. cantidad
Uno de los errores más comunes es la idea de que un paseo largo es siempre mejor que uno corto. Sin embargo, Chema aclara que la calidad del paseo es mucho más importante que su duración. Un paseo corto, de apenas 15 minutos, puede ser mucho más beneficioso si el perro tiene la oportunidad de olfatear a su propio ritmo, explorar su entorno y marcar su territorio. En cambio, un paseo largo sin estos estímulos puede resultar aburrido y, en muchos casos, estresante para el perro.
El especialista también destaca que no todos los perros tienen las mismas necesidades. Algunos, especialmente los mayores o los que tienen problemas de movilidad, no deberían realizar paseos. Es más, para perros con problemas articulares o de salud, caminar por terrenos accidentados o realizar caminatas extensas puede ser contraproducente. En estos casos, lo ideal es optar por paseos más cortos y suaves, que les permitan disfrutar sin sobrecargarse.
Otro aspecto clave que Chema menciona en su vídeo es la elección del entorno adecuado. Las zona urbanas, con su concreto y ruido constante, no ofrecen el estímulo sensorial necesario para que los perros disfruten de su paseo. En lugar de limitarse a caminar por aceras o calles, el experto sugiere optar por zonas verdes, parques o caminos donde los perros puedan moverse con libertad, olfatear y disfrutar de la naturaleza.
Un recurso adicional que Chema sugiere para hacer los paseos más agradables es el uso de premios. Llevar golosinas a la hora de pasear al perro es una excelente manera de reforzar conductas positivas, como caminar a tu lado o atender a comandos, al mismo tiempo que se convierte el paseo en una experiencia placentera para la mascota. Esto también ayuda a fortalecer el vínculo entre ambos, creando una relación basada en la confianza y el respeto mutuo. Sin embargo, el experto subraya que el objetivo no es sobrealimentar al perro, sino utilizar los premios de manera controlada y en momentos clave, como cuando el perro se comporta adecuadamente o sigue órdenes.
Finalmente, Chema concluye con un mensaje crucial que debería guiar la forma en que los dueños piensan sobre los paseos: no se trata de agotar al perro, sino de permitirle disfrutar del paseo y regresar a casa tranquilo. Un perro estresado o agotado no es necesariamente un perro feliz, y es importante recordar que su bienestar emocional es tan importante como su salud física.