Bocadillo de jamón

Ni en La Garriga ni en El Jamonal: el bocadillo de jamón que arrasa en Madrid está en esta pastelería de toda la vida

bocadillo de jamón
Flautín de jamón de pastelería Mallorca. (Foto: Redes Sociales)
Blanca Espada

En una ciudad como Madrid, donde la oferta gastronómica parece no tener fin y cada semana se inauguran nuevos locales con propuestas más o menos innovadoras, no es fácil que algo verdaderamente destaque. Pero cuando lo hace, se nota. Y eso es justo lo que ocurre con el flautín de tortel con jamón ibérico que ha lanzado la mítica Pastelería Mallorca. No es un bocadillo cualquiera, y tampoco es un invento más para llamar la atención. Es una delicada obra de artesanía culinaria que ha conseguido despertar entusiasmo entre los más exigentes amantes del buen comer.

Lo curioso es que este producto estrella no se elabora en una charcutería gourmet ni en una bocatería de moda, sino en una pastelería de toda la vida, con casi cien años de historia y un legado de calidad que podemos encontrar en cada elaboración. Pastelería Mallorca ha conseguido lo que muy pocos: unir tradición y creatividad en un solo bocado. Y lo ha hecho de la mano de Arturo Sánchez, uno de los nombres más respetados en el mundo de los ibéricos, dando como resultado un bocadillo que tiene mucho de emoción y bastante de revolución, ya que se presenta con una masa dulce trabajada con mimo, un jamón de calidad extraordinaria y una historia que conecta con lo más auténtico de nuestra memoria gastronómica. Además su presencia en la pastelería es limitado, de modo que tras presentarlo, y conocerlo bien, si deseas probarlo, te recomendamos que no tardes en ir a por él.

El bocadillo de jamón que arrasa en Madrid está en esta pastelería

La idea de hacer este bocadillo de jamón en forma de flautín de tortel,  nació como una colaboración puntual, pero ha tenido tal acogida que ya hay quien pide que se quede en la carta de forma permanente. Del 19 de mayo al 19 de junio, este flautín tan especial estará disponible en las tiendas de Pastelería Mallorca. De este modo, lo que parecía un capricho temporal ha acabado por convertirse en todo un fenómeno. Y no es de extrañar: detrás de su aparente sencillez se esconde un proceso artesanal digno de admiración.

La base es un torte cuya masa se elabora siguiendo las recetas clásicas, con largos tiempos de reposo y un trabajo manual minucioso. Después, se enriquece con manteca de cerdo ibérico y se pincela con huevo y azúcar glas. Esa capa dulce, lejos de desentonar, actúa como el contrapunto perfecto a las lonchas de jamón ibérico de bellota de doble montanera de Arturo Sánchez, que se colocan en el interior justo antes de servir.

El resultado es un equilibrio insólito pero delicioso: la suavidad del tortel, el dulzor ligero del acabado, y el sabor profundo y salino del jamón. Un bocado que no se parece a ningún otro y que redefine lo que puede ser un simple bocadillo.

La herencia de una pastelería centenaria

Hablar de Pastelería Mallorca es hablar de historia. Fue en 1931 cuando Bernardino Moreno y su mujer, María García, abrieron su primer local en la calle Bravo Murillo de Madrid. Sus torteles y ensaimadas pronto conquistaron al vecindario y, con el tiempo, a toda la ciudad. La familia fue creciendo, al igual que el negocio, y desde entonces han sabido mantener vivo el espíritu del obrador tradicional sin renunciar a la innovación.

Hoy, bajo la batuta de la cuarta generación (los hermanos Jacobo y Pablo Moreno), Pastelería Mallorca sigue fiel a sus raíces, pero con una mirada puesta en el futuro. Su filosofía es clara: respetar los tiempos, cuidar los procesos y no perder nunca el contacto con el cliente. De ahí que el flautín de jamón no sea sólo una novedad más, sino un ejemplo de cómo una empresa familiar puede seguir sorprendiendo sin traicionar su esencia.

Y como se muestra en este vídeo de sus redes sociales, Arturo Sánchez ha sido el socio natural para el éxito de este bocadillo tan especial, porque comparten los mismos valores: autenticidad, respeto por el producto y una obsesión casi artesanal por la calidad.

Un bocadillo que redefine el concepto de lujo

En un tiempo en el que las prisas y la inmediatez dominan incluso en la gastronomía, Pastelería Mallorca propone una pausa. Y es que hay algo profundamente reconfortante en sentarse con calma a saborear este bocadillo, idealmente con una copa de champán en la terraza de su tienda de la calle Serrano. Cuesta 10 euros, sí, pero cada céntimo está justificado. Desde la selección del jamón hasta el horneado final, todo en él habla de excelencia. No es solo un producto para probar una vez y olvidar. Es uno de esos sabores que se quedan en la memoria.

Y aunque todavía no es seguro que se incorpore de forma permanente a la carta, en Pastelería Mallorca ya han tomado nota del entusiasmo. Por el momento sólo lo podemos disfrutar hasta el 19 de junio, de modo que no lo dudes y corre a probar este flautín porque te garantizamos, que no has probado nunca un bocadillo de jamón igual, ni mejor. 

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