¿Cómo viajar por Asia siendo una vagabunda con mochila, lápiz y papel?

Crónicas de una vagabunda
Julia Alegria Barrientos

«Un día desaté el caos. Todavía en Colombia, dejé mi trabajo, mi casa, la relación que me unía a ciertos individuos cuya existencia dejé de añadir a la mía y viceversa. Mi vida sistémica acabó cayendo por su propio peso, o la hice caer yo que, para el caso lo mismo da», dice la autora Julia Alegre Barrientos. «Agarré mis cosas y me marché a hacer realidad una ensoñación de 15 años: conocer Angkor Wat en Camboya. Me prometí que, si lograba alcanzar ese lugar del mundo, la expedición me llevaría a verlo todo, exprimir el viaje hasta sus últimas consecuencias, apenas podría contenerme», explica Julia.

«Crónicas de una vagabunda no es un libro de viajes, tampoco es una crónica periodística al uso. Es una sucesión de relatos sobre el peregrinar consciente por el Sudeste Asiático, en el que mi innata curiosidad de periodista se desplegó para hacerme experimentar la grandeza del viaje y celebrar a las personas, acontecimientos y dificultades que se fueron sucediendo a medida que el camino se abrió y la vida encontró por donde discurrir. El objetivo nunca fue llegar, sino descubrir, observar, empaparme del movimiento, de lo efímero que parece ser todo y contarlo. Todo lo que relato en mi libro sucedió como se cuenta y cuento, honestamente sí sucedió, yo estaba ahí para verlo. Más adelante, lo interpreté, lo traduje en palabras, las más precisas que encontré, con la promesa de configurar una narración no ficticia y, sin embargo, provista de una consciencia inconsciente de la que no puedo desprenderme, humanamente no puedo», cuenta la autora.

«Por unos meses me convertí en caracol, con mi mochila a cuestas, transportando sobre mis espaldas el peso de todo lo esencialmente material que creí importante para mí. Meses que fueron sinónimo de salvación, no de mi misma porque toda mi frenética intensidad y aflicciones internas vinieron conmigo -a los dolores del alma también les gusta hacer las maletas-, pero viajar es reparador. Mi periplo me llevó a Vietnam, Camboya, Laos, al norte de Tailandia y a Myanmar. No estaba planeado que la antigua Birmania fuera el final de mi aventura asiática, pero sucedió que entre mi aventura y yo se interpuso una pandemia incontestable. Pronto entendí que viajar en estas condiciones, de miedo colectivo y de movilidad reducida, no es plenitud ni es nada, solo es un intento precario de capotear el temporal. Todo esto que cuento está condensado en mi libro que nunca pretendió ser tal, pero, como he dicho arriba, la vida siempre encuentra por dónde discurrir», confiesa Julia en una excelente presentación de sí misma y de su libro.

Crónicas desde Asia

«Viajar nunca fue tan accesible y a la vez tan vulgar, ¿hemos perdido acaso toda proporcionalidad de lo que significa?» , añade.  Crónicas de una vagabunda no es un libro al uso e viajes, sino el relato a pie de calle de una periodista joven y española -con ínfulas de vagabunda y ansias de libertad absoluta- que agarró un día su mochila y se marchó a visitar cinco países del Sudeste Asiático.

En esta, su primera obra, Julia Alegre dice que «nos desvela un mundo diferente, ahondando en sus civilizaciones, en las luchas de sus gentes anónimas, en la historia que es el germen a partir del cual se explican tantas arbitrariedades, porque solo viajando es posible confrontar juicios, enmendar errores de fabricación, y dejarse conmover».

Crónicas de una vagabunda es también un relato lleno de contradicciones, soledades, una sucesión de estados de ánimo y divagaciones sobre la vida, el amor, la guerra, el periodismo y nuestro sistema mundial capitalista. A partir de la crónica periodística y la prosa espontánea, Alegre nos cuenta que todavía existen formas inéditas de dejarse devorar por el viaje.

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