Investigación

Roures incumple los requisitos del rescate porque la quiebra de Mediapro no se debe al Covid

Mediapro, la productora del magnate de la comunicación Jaume Roures, no cumple los requisitos exigidos para acogerse al rescate de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI). Su situación financiera de quiebra no guarda relación con los estragos económicos producidos por el Covid-19. Así se pronuncian los expertos y ex colaboradores del empresario trotskista consultados por OKDIARIO.

El millonario Roures ha solicitado al organismo estatal del Gobierno de Pedro Sánchez un rescate de 300 millones de euros para salvar de la ruina a su imperio audiovisual Imagina/Mediapro, excusándose en los efectos del coronavirus.

El productor podemita es, así mismo, el propietario del diario Público, que actúa como portavoz y órgano de propaganda de Podemos. El vicepresidente Pablo Iglesias ha sido el máximo defensor de Roures en sus reclamaciones ante el Ministerio de Hacienda. Hay que recordar que el empresario trotskista fue el anfitrión de Iglesias y Junqueras en una reunión secreta que organizó en su domicilio familiar de Barcelona antes del referéndum del 1 de octubre.

Jaume Roures ha acudido al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas gestionado por la SEPI ante la dificultad para responder a los créditos contraídos con varios fondos buitre y entidades bancarias. La última decisión depende ahora del Ministerio de Hacienda.

El holding mediático de Roures acumula una deuda superior a los 920 millones de euros, que vence en dos o tres años. La crisis económica de Mediapro ya provocó el pasado mes de octubre que la agencia Moody’s rebajara la calificación del grupo del independentista catalán al nivel Caa1, que quedaría englobado dentro del bono basura.

Las fuentes consultadas por este periódico destacan que la alarmante deuda del grupo del magnate Roures se debe a sus alocados planes de expansión cuando pretendía ganar terreno para la salida de Imagina/ Mediapro a bolsa. Entonces, sus estrategas se esforzaron en presentar a sus inversores un holding más grande y mejor de lo que era, lo que la abocó a una situación de pérdidas millonarias.

«Lo que ha llevado a Roures a la quiebra ha sido su mala política de compras en el mercado de los derechos audiovisuales del fútbol y una pésima gestión empresarial. Nada que ver con el coronavirus», manifestó a OKDIARIO un ex directivo del grupo catalán.

La deuda exterior de Roures

Las fuentes internas de Mediapro aseguran que no se dan los parámetros para que la SEPI acuda al rescate del holding catalán. La principal línea de negocio del grupo -la representación de los derechos internacionales del fútbol- sigue funcionando y las cadenas del mundo continúan emitiendo los partidos de la Liga española todas las semanas. Además, Mediapro no ha dejado de proporcionar a Movistar la señal y la producción con equipos técnicos y humanos de las jornadas del calendario futbolístico.

También Javier Tebas, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, ha facilitado a Jaume Roures un importante descuento por el contrato de la emisión de los partidos en bares y cafeterías, ya que es la única actividad de Mediapro que se ha visto afectada por el coronavirus. Roures pagaba a la LFP 460 millones por los derechos de emisión, pero logró una importante rebaja tras el cierre de 20.000 establecimientos hosteleros por culpa del Covid, medida que fue recibida como un rescate paralelo.

La producción de series para las cadenas de televisión tampoco se ha visto afectada por el coronavirus, ya que todas las empresas del sector continúan trabajando sin frenar su ritmo.

Las fuentes consultadas por OKDIARIO coinciden que el agujero económico de Mediapro procede del extranjero, sobre todo, de los batacazos obtenidos en Italia y Francia: «Sólo faltaría que el dinero de la SEPI sirviera para subvencionar su desastre en Francia, donde ha recibido una multa de 100 millones, o para paliar el resultado del   juicio que tiene pendiente en Italia. Es como si el Fútbol Club Barcelona, con una deuda de 1.000 millones de euros, solicitara el dinero a la SEPI cuando todos sabemos que su situación proviene de una mala gestión y no por culpa del covid».

Mediapro se enfrenta a reclamaciones judiciales que suman 560 millones por incumplir los contratos que ganó en Francia e Italia de los derechos televisivos del fútbol. Sólo la Liga italiana le reclama 460 millones de euros por daños y perjuicios, tras retirarle el contrato adjudicado en marzo de 2018 al no aportar las garantías económicas para el pago.

Es como si Roures se atreviera ahora a pedir la ayuda de la SEPI para afrontar el desembolso de 20 millones de euros a la Justicia norteamericana, cuando hace dos años se declaró culpable del pago de sobornos a dirigentes de la FIFA. Mediapro/Imagina entonces conspiró para obtener de manera fraudulenta los derechos televisivos del Mundial de Qatar, en el caso conocido como Fifagate.

Una productora de la competencia de Mediapro cuestiona la situación económica de Jaume Roures porque hace tan sólo tres años, en febrero de 2018, el holding catalán recibió una inyección económica de 1.016 millones de euros del grupo chino Orient Hontai Capital, que se convirtió así en titular del 53,5% de su accionariado.