La consultora ‘offshore’ de Jiménez Latorre fichó a otros 6 altos cargos de Economía e Industria

Las conexiones entre NERA (National Economic Research Associates) y altos cargos del Gobierno español no se limitan a su ex apoderado Fernando Jiménez Latorre, ex secretario de Estado de Economía. Existen más altos funcionarios que han saltado de NERA al Gobierno y viceversa. Así, los mismos hombres un día pleitean contra la política del Gobierno y al día siguiente la diseñan, lo que hace muy complicado delimitar si estos frecuentes trasvases son ajenos a los diversos contratos que esta consultora y sus filiales van consiguiendo con el Estado.

Fernando Jiménez Latorre saltó a la palestra el pasado 6 de septiembre tras ser elegido como sustituto de urgencia de José Manuel Soria para optar al puesto de director ejecutivo del Banco Mundial. El ex ministro de Industria, dimitido el pasado abril por haber mentido a la opinión pública de manera reiterada en las sucesivas noticias que lo fueron implicando en la propiedad de compañías radicadas en paraísos fiscales tras aparecer vinculado a los llamados ‘papeles de Panamá’, renunció al puesto sólo cuatro días después de ser propuesto por el Gobierno ante la presión de la oposición y la polémica en los medios por su elección para representar a España en ese organismo internacional.

Desde entonces, OKDIARIO no ha dejado de publicar revelaciones sobre la vinculación del ex secretario de Estado de Economía con NERA, una compañía filial de Marsh and McLennan, una firma estadounidense radicada en el paraíso fiscal de Delaware.

En un breve repaso a los consejeros de NERA, este diario ha encontrado cinco casos más similares a Jiménez Latorre. Su biografía salta de lo público (con cargos bajo el Gobierno de Aznar) a dirigir y, después, apoderar NERA en Madrid hasta febrero de 2012, cuando regresó al Ministerio de Economía. Muy pocos meses después, una filial de su grupo empresarial, Oliver Wyman, recibía a dedo un contrato de 10 millones de euros a instancias del departamento de Guindos.

Pero Jiménez Latorre no era el único hombre de NERA que entonces se sentaba en despachos dependientes del Ministerio de Economía. Le acompañaba Eduardo Prieto Kessler, director de Competencia de la Comisión Nacional de la Competencia desde octubre de 2013, del que fue nombrado vocal en 2012. Previamente, había ocupado otro puesto por designación política del Gobierno, como el de consejero económico de la embajada de España en Rumanía.

Kessler fue de los que realizaron el camino de ida y vuelta desde la consultora al sector público y viceversa, pues había sido consultor de NERA entre 2004 y 2008. Previamente estuvo en el sector público (subdirector de conductas restrictivas (1999-2004), consejero económico comercial en embajada en Seúl (1994-1997) e instructor de servicio de competencia. Al igual que Luis de Guindos y Jiménez Latorre es un teco, técnico comercial economista del Estado.

Jorge Sanz fichó por NERA en 2014. Como reza su currículo, antes de unirse «trabajó en el Ministerio de Economía y el Ministerio de Industria, Energía y Turismo durante más de 15 años, donde su trabajo se centró en el sector energético español». Antes de eso, «en 2004, el señor Sanz fue nombrado director general de política y minas», un cargo que simultaneó hasta 2009 con el de «vicepresidente del Instituto Español para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE)» y con el de «miembro del consejo de la Agencia Internacional (AIE) en París».

Pero su peso no acaba aquí. «En nombre del Gobierno español, estuvo involucrado en las negociaciones sobre la asignación de derechos de CO2 para las plantas de generación de electricidad y las refinerías de hidrocarburos… En el sector energético trabajó para el gobierno español la gestión de una variedad de temas de diseño de las tarifas reguladas, mecanismos para promover la competencia o la liberalización del gas».

En muchos de esos campos, NERA o sus filiales han concurrido como asesores de privados o contratistas.

Un caso parecido es el de Fabricio Hernández, quien también tuvo viaje de ida y vuelta. Em 1997 fue contratado por NERA, donde durante años testificó y asesoró en favor del sector privado en el campo de los sectores energético y financiero. En 2011, dio el salto al Ministerio de Industria, donde llevó responsabilidades en el sector energético. Presidió el Instituto para la diversificación y ahorro de energía (IDAE) y el Instituto para la Reestructuración de la Minería del Carbón y Desarrollo Alternativo de las Comarcas Mineras (IRMC). En 2012, Hernández volvió a NERA. Lo tenía todo: conocimientos y contactos.

El trasiego constante entre esta empresa concreta y los organismos vinculados con José Manuel Soria (Industria) y Luis de Guindos (Economía) resulta especialmente llamativo por su número y frecuencia. Otro ejemplo fue Juan Carlos Ortigas, quien fichó por NERA en el año 2001. Desde su puesto en la consultora privada, asesoró a las empresas de energía en temas regulatorios y su estrategia en mercados europeos. Se especializó en el diseño de sistemas de retribución de actividades reguladas y tasas renovables. Antes de incorporarse a NERA, había «trabajado para el Estado a través de Red Eléctrica Española (REE) donde fue responsable de análisis de la experiencia internacional de la regulación de la transmisión, las tarifas y la estructuración de los sistemas eléctricos». La misma labor, distinta trinchera.

Marcelo Rabinovich fue un fichaje muy importante para NERA dada, también, su experiencia en puestos de responsabilidad en el Gobierno español. Una vez en la consultora, este economista de origen argentino asesoró a empresas de servicios públicos e inversores en materias relacionadas con la retribución de las actividades reguladas, incluyendo due diligence de los activos de red. Un trabajo muy adecuado para su experiencia en el sector público. Y es que su currículo deja al descubierto uno de sus mejores activos: «Antes de unirse a NERA, Rabinovich trabajó en el regulador energético español». NERA sabe a quíen ficha: nada mejor que un talento que procede del sector público para saber contrarrestar o modular la política estatal.