¿Usa Zelenski dobles? Una televisión polaca descubre y hace famoso al más habitual

El personaje ha aparecido en otros vídeos, entre ellos, en los subió el mandatario ucraniano de las visitas de Biden y Sánchez

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María Ruiz
  • María Ruiz
  • Portadista. Especialista en 'breaking news' y noticias de nacional, sociedad e internacional.

Las agencias de espionaje soviéticas y de los países al otro lado del telón de acero durante la guerra fría trabajaban con dobles en multitud de ocasiones, muchos de ellos de los más importantes dirigentes y mandatarios. En nuestros días, una televisión polaca ha revelado la posibilidad de que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski también use dobles. Fue durante la reciente visita del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a Kiev. Una cámara de la televisión polaca apostada sobre una escalera captó el momento en que Biden y Zelenski salen de una estancia y giran para subir las escaleras. En ese momento, se ve cómo detrás de ellos, va un personaje peculiar, vestido exactamente igual que el presidente ucraniano y con su mismo aspecto exterior: mista altura, misma complexión, mismo corte de de pelo y barba como la del líder ucraniano.

Parece observarse, además, cómo se queda clavado en el sitio al ver la cámara. Hay quien ha llegado a plantear, viendo las imágenes, que, incluso, quien acompaña a Biden no es el propio Zelenski, sino un doble. El personaje en cuestión ha aparecido en otros vídeos, sin ir más lejos en el que subió el mandatario ucraniano a sus redes de la visita de Joe Biden.

 

Este doble aparece también en el vídeo que subió Volodímir Zelenski pocos días después, de la visita de Pedro Sánchez a Kiev. Se podía ver al doble algo detrás de la escena que compartían en primer plano los dos mandatarios, a pocos metros de distancia, vestido igual que Zelenski.

Asimismo, se le vio en una de las visitas de Boris Johnson a Kiev, aunque en esa ocasión no vestía igual que su alter ego, pero se le veía armado con un fusil ametrallador y con chaleco salvavidas.

Zelenski doble
Doble de Zelenski con Boris Johnson, en segundo plano.

Este juego de utilizar dobles es muy del gusto de dictadores comunistas. Hay constancia cierta, por ejemplo, de los que tenía Stalin, el genocida responsable de la muerte de alrededor de 88 millones de personas de su propio pueblo, según cifrava el historiador ruso y premio Nobel de Literatura Aleksandr Solzhenitsyn. Muchos de esos muertos son del Holodomor ucraniano y regiones de la URSS a primeros de los años 30, cuando mató de hambre a entre 1,5 y 22 millones de personas.

Stalin y su doble, Felix Dadaev

Los dobles de Stalin acabaron por convertirse en una cuestión de Estado, como reconoció 2008 Felix Dadaev, Boris Johnson, que incluso llegó a conceder una entrevista al diario oficialista ruso Pravda: «Sí, yo era uno de ellos y, de hecho, hasta hoy conservo la carta en la que se certifica que estoy muerto». Ex bailarín, escritor y militar del Ejército Rojo desveló 50 años después que él había sido uno de los que suplantaba al líder soviético en encuentros con las delegaciones extranjeras, en algunos discursos políticos y en la mayoría de los trayectos en coche para evitar atentados. Le sustituyó, según él mismo desveló en las reuniones con Churchill y Roosevelt del año 1943 para acabar con Hitler. El genocida ruso abandonó el Kremlin a la vista de todos y se dirigió en su vehículo oficial al aeropuerto para dirigirse a Teherán, donde se reuniría con Churchill y Roosevelt. Pero nunca embarcó en el avión. El Stalin que llegó en Teherán para reunirse con los citados mandatarios británico y estadounidense para esbozar una estrategia con la que derrotar a Hitler, no era él, sino Dadaev, uniformado y maquillado a semejanza del dictador, con el que tenía un parecido asombroso, pese a la diferencia de edad.

«Compartía su prominente nariz, sus cejas caucásicas y su robusta papada. Era un poco más bajo, pues tan solo dos centímetros le separaban de la altura del autócrata, de 1,72 centímetros, que se salvaba aumentando el grosor de los tacones. Las facultades innatas de Dadaev para la danza y la interpretación del brindis, ineludible en cualquier banquete ruso, le permitieron calcar al personaje», contaba Jesús Hernández en el libro 100 historias secretas de la Segunda Guerra Mundial.

 

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